08/12/2025
05:38 AM

Música de mariachis sigue sonando pese a la adversidad

No todos los momentos que viven estos músicos son de alegría, también hay de tristeza y hasta de peligro, como cuando llevan una serenata que no es del agrado del dueño de la casa.

    San Pedro Sula, Honduras.

    Una serenata al pie de la ventana de la despechada ha bastado muchas veces para que las aguas del amor vuelvan a su cauce; pero también puede ser que no dé resultado, según comentan diferentes mariachis, quienes afinan gargantas y guitarras en la antesala del Día del Amor y la Amistad.

    A los integrantes del mariachi Los Zorzales les pasó que la dama a la que llevaban una serenata de perdón los corrió sin contemplaciones. Estaba demasiado dolida como para aceptar aquella disculpa cantada que su enamorado le mandaba por medio de los músicos.

    La dama salió furiosa al escuchar los primeros versos con los que comenzaba el ramillete de melodías que el novio había pedido: “Perdón, vida de mi vida, perdón si es que te he fallado...” Los músicos no esperaron una segunda orden para marcharse, al fin y al cabo su cliente ya les había pagado.

    Para algunos mariachis, las celebraciones por el Día de los Enamorados no es muy buena para ellos como el Día de la Madre; pero otros aseguran que ya tienen contratos para la ocasión.

    El representante del mariachi Los Zorzales, Edwin Otoniel Murillo, sostiene que a veces no pueden atender la demanda de esa fecha porque todos quieren la serenata para las doce de la noche cuando comienza el día dedicado a los enamorados.

    El precio de una hora de música depende del número de integrantes y el lugar de la sereneta.
    “El problema es que todo mundo se revuelve dos o tres días antes de la celebración, en vez de llamarnos con anticipación”, se quejó.

    Las canciones que más piden los enamorados son melodías como Gema, Hermoso cariño, Mátalas y Mujeres divinas, coinciden los representantes de estos conjuntos populares que rondan las calles de la ciudad.

    Aunque no siempre son bien pagados y se reparten los ingresos entre todos, si se saben administrar, el dinero alcanza por lo menos para los frijolitos, dice Fino Arita, del mariachi San Pedro. Por eso aconseja a sus colegas no contagiarse con el ambiente bohemio en el que se mueven los mariachis, porque se va la plata en puro tomar.

    Son comunes entre los mariachis los relatos de situaciones embarazosas en las que a veces se ven envueltos, no solo ellos sino también los enamorados que los contratan. Abelardo Murillo, del mariachi América, relató que en cierta ocasión un cliente que recién había venido de Estados Unidos le llevó serenata a su novia sin saber que ya estaba embarazada de otro.

    No faltan entre ellos los relatos de chascos que pasan en su singular trabajo.
    Tras bajar del avión, el enamorado quiso darle una sorpresa a la novia que había dejado para irse a trabajar a la nación del norte, pero resulta que el sorprendido fue él. En cuanto el mariachi comenzó a tocar salió el padre de la muchacha con pistola en mano, exigiéndoles que se fueran con la música a otra parte.

    “No quiero bulla en mi casa, además esta ya está preñada”, vociferó el hombre. La prueba no se hizo esperar porque en se momento apareció la mujer mostrando su abultada barriga.

    “En estos casos nosotros nos retiramos con mucho respeto, porque no queremos correr riesgos por un problema que no es de nosotros”, refirió Murilo.

    También hay satisfacciones, dice German Hernández, representante de Los Halcones. Una de estas es haber reconciliado, con su música, a parejas resquebrajadas o que estaban a punto de divorciarse. Por eso agrega que es asombroso lo que puede hacer la música en el corazón de las personas.