San Pedro Sula, Honduras.
Atravesar la Puerta Santa fue para doña Irma Urbina una experiencia mística que no logra describir.
Es una sampedrana católica de 65 años que explica por qué es significativo ese acto de fe. “Inicia el año de la misericordia que nos llama a buscar el perdón tal como lo explicó nuestro obispo”, dice la dama.
Ella llegó puntual para comenzar la procesión que salió del instituto María Auxiliadora. La feligresía de 34 parroquias de la Diócesis de San Pedro Sula desde Cuyamel al Lago de Yojoa caminó encabezada por los obispos Ángel Garachana y Rómulo Emiliani.
Rezando y cantando llegaron a la Catedral San Pedro Apóstol, adonde el obispo Ángel Garachana, luego de un rito, abrió la puerta de la misericordia.
Luego se celebró la eucaristía, que coincidió con el tercer Domingo de Adviento, también conocido como Domingo Gaudete o Domingo de la Alegría.
El obispo Ángel Garachana explicó que el Jubileo, o Año Santo, es un año especial en el que toda la Iglesia buscará vivir con mayor intensidad el perdón, la reconciliación, la caridad y la justicia, experiencias que el Papa resume en la palabra “misericordia”.
El mismo papa Francisco dice que el misterio de la fe cristiana parece encontrar su síntesis en esta palabra, misericordia, que se ha hecho viva, concreta, visible, encarnada en Jesús de Nazaret.
“Jesús con sus palabras, con sus parábolas, con sus gestos, con toda su vida, nos muestra la misericordia de Dios. Jesús es el rostro de la misericordia de Dios Padre. Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia, pero hay momentos en los que, de un modo mucho más intenso, estamos llamados a tener la mirada fija en la misericordia del Padre para poder ser misericordiosos unos con otros como lo es el Padre con nosotros”, expresó Garachana.
Esperanza
El obispo dijo que este tiempo, marcado por tanta violencia y crueldad, desigualdades sociales y atropellos de la persona humana que claman al cielo, endurecimiento de los corazones e insensibilidad a tanto sufrimiento, es un tiempo necesitado de misericordia.
En esta situación es determinante para la Iglesia que viva y testimonie en primera persona la misericordia. Su lenguaje y sus gestos deben transmitir misericordia para penetrar en el corazón de las persona.
“Donde la Iglesia esté presente allí debe ser evidente la misericordia del Padre. Por eso, el papa Francisco, tan sensible a la compasión de Dios Padre y al sufrimiento humano, ha convocado el jubileo extraordinario de la misericordia”.
En la ceremonia, que se celebró en todas las catedrales del mundo, también participaron las autoridades de la ciudad.
“Este es un evento que ha sido convocado por el papa Francisco, donde ha habido una gran participación de los feligreses y es de suma importancia que esto pase porque también se desarrolla en la época navideña, que es de reflexión, regocijo y de pensar siempre en positivo. Nos sentimos muy contentos por el inicio del año del jubileo de la misericordia”, dijo el alcalde Armando Calidonio.
Atravesar la Puerta Santa fue para doña Irma Urbina una experiencia mística que no logra describir.
Es una sampedrana católica de 65 años que explica por qué es significativo ese acto de fe. “Inicia el año de la misericordia que nos llama a buscar el perdón tal como lo explicó nuestro obispo”, dice la dama.
Ella llegó puntual para comenzar la procesión que salió del instituto María Auxiliadora. La feligresía de 34 parroquias de la Diócesis de San Pedro Sula desde Cuyamel al Lago de Yojoa caminó encabezada por los obispos Ángel Garachana y Rómulo Emiliani.
Rezando y cantando llegaron a la Catedral San Pedro Apóstol, adonde el obispo Ángel Garachana, luego de un rito, abrió la puerta de la misericordia.
Luego se celebró la eucaristía, que coincidió con el tercer Domingo de Adviento, también conocido como Domingo Gaudete o Domingo de la Alegría.
 Se hizo un acto antes de abrir la puerta que se podrá atravesar durante todo el año de la misericordia
para buscar el perdón. |
El mismo papa Francisco dice que el misterio de la fe cristiana parece encontrar su síntesis en esta palabra, misericordia, que se ha hecho viva, concreta, visible, encarnada en Jesús de Nazaret.
“Jesús con sus palabras, con sus parábolas, con sus gestos, con toda su vida, nos muestra la misericordia de Dios. Jesús es el rostro de la misericordia de Dios Padre. Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia, pero hay momentos en los que, de un modo mucho más intenso, estamos llamados a tener la mirada fija en la misericordia del Padre para poder ser misericordiosos unos con otros como lo es el Padre con nosotros”, expresó Garachana.
 La feligresía estuvo atenta a todos los mensajes.
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El obispo dijo que este tiempo, marcado por tanta violencia y crueldad, desigualdades sociales y atropellos de la persona humana que claman al cielo, endurecimiento de los corazones e insensibilidad a tanto sufrimiento, es un tiempo necesitado de misericordia.
En esta situación es determinante para la Iglesia que viva y testimonie en primera persona la misericordia. Su lenguaje y sus gestos deben transmitir misericordia para penetrar en el corazón de las persona.
“Donde la Iglesia esté presente allí debe ser evidente la misericordia del Padre. Por eso, el papa Francisco, tan sensible a la compasión de Dios Padre y al sufrimiento humano, ha convocado el jubileo extraordinario de la misericordia”.
En la ceremonia, que se celebró en todas las catedrales del mundo, también participaron las autoridades de la ciudad.
“Este es un evento que ha sido convocado por el papa Francisco, donde ha habido una gran participación de los feligreses y es de suma importancia que esto pase porque también se desarrolla en la época navideña, que es de reflexión, regocijo y de pensar siempre en positivo. Nos sentimos muy contentos por el inicio del año del jubileo de la misericordia”, dijo el alcalde Armando Calidonio.
 A la procesión acudieron las autoridades de la ciudad y representantes de todas las parroquias de la diócesis.
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