Un grupo de hombres armados mató a 21 varones frente a sus parientes en dos casas chiítas de la provincia de Diyala, un refugio de la insurgencia sunita iraquí, informó ayer la policía, mientras la coalición internacional anunció la muerte de 22 insurgentes y un civil en varias operaciones al norte de Bagdad.
El ataque en Diyala fue atribuido a insurgentes contra miembros de la tribu chií al-Sawed en la localidad remota de Balad Ruz, 70 kilómetros al noreste de la capital iraquí, dijo un policía que no identificó, para garantizar su seguridad personal, como acostumbran hacer las autoridades en esa provincia ante una inestabilidad en ascenso.
Indicó que la policía no pudo llegar ayer a la localidad para recuperar los cadáveres y llevarlos a una morgue. La provincia, dividida en partes casi iguales entre suníes y chiíes, es escenario de numerosos ataques sectarios.
Toque de queda
Bagdad permanecía ayer bajo un toque de queda de 24 horas, mientras las fuerzas de la coalición tratan de impedir un incremento de las represalias por los cinco atentados explosivos y dos ataques con morteros que el jueves causaron la muerte de 215 personas en el vecindario chií de Ciudad Sadr.
La violencia de ese tipo fue particularmente cruenta el viernes, cuando presuntos milicianos chiíes capturaron a seis sunitas que salían de mezquitas y los rociaron con queroseno para luego quemarlos vivos en el vecindario chiíta de Hurriyah.
En Bagdad, el mando militar dijo que las fuerzas de la coalición internacional mataron a 22 insurgentes y a un civil iraquí ayer, además de que destruyeron un local usado para preparar bombas.