En pleno siglo 21, alrededor de 800 pobladores de La Lima aún se alumbran con candil porque no tienen servicio de energía eléctrica en sus comunidades.
A una hora del casco urbano de La Lima están las aldeas La Rosa y 17 de Enero, estas son las únicas comunidades del municipio que carecen de servicios básicos como agua potable y energía eléctrica.
Según los pobladores han anhelado el proyecto eléctrico por más de 30 años.
“Todavía vivimos a la antigua y aunque a orillas de nuestra comunidad pasan los cables del tendido eléctrico de la Tela Rail Road Company, no hemos logrado que nos ayuden con el proyecto”, dijo la pobladora María Pérez.
Algunas personas con mejores condiciones económicas tienen pequeñas plantas energéticas o utilizan baterías de carro para algunos aparatos eléctricos.
Los negocios como pulperías hacen mayores sacrificios porque desde otras comunidades tienen que trasladar hielo, por lo menos tres veces al día para poder mantener en buen estado algunos productos como refrescos o lácteos.
“La mayoría de familias tenemos que alumbrarnos con candiles y candelas, pero no perdemos la esperanza que algún día nos cumplan el sueño de tener energía en nuestras casas”, agregó Pérez.
Lidia Alemán Reyes, presidenta del patronato de la aldea La Rosa, dijo que “ya tenemos más de un año que carecemos de agua, teníamos un pozo pero la planta eléctrica se arruinó, desde ese entonces no tenemos el vital líquido en la comunidad”.
Los pobladores manifestaron que tienen que caminar varios kilómetros para poder llevar agua a sus viviendas, la única bomba que tenían en la aldea se arruinó por lo que tienen que trasladarse hasta los quineles de la empacadora de banano, pero el agua es de mala calidad.
“Estamos en peligro de enfermedades como el dengue y la malaria porque en el quinel se acumula el agua lo que se convierte en un gran criadero de zancudos”, lamentó Reyes.
Otra de las carencias de este sector es el transporte. El bus solo pasa tres veces al día y los vecinos tienen que salir hasta la calle principal.
Ayuda
Para mejorar el acceso a estas dos comunidades, la Alcaldía está construyendo un puente porque los pobladores habían colocado algunos tubos y ramas provisionales para poder entrar a su comunidad.
“En tiempos de lluvias quedábamos incomunicados o teníamos que arriesgarnos a pasarnos por el canal lleno de agua”, expresó Yenni Sierra, habitante de la aldea Suyapa.
El alcalde Astor Amaya dijo que están por finalizar el proyecto del puente, pero para el proyecto de agua y de energía eléctrica gestionan fondos con el Gobierno.
La mayor parte de pobladores de las aldeas La Rosa y 17 de Enero, se dedican a trabajar en los campos bananeros y gran parte de las mujeres viven del reciclaje en el relleno sanitario.