El amor que hace siete años los unió a través de sus corazones pudo más que todo en la vida. Nada separó a Mark Frederik Goldstein y a Marjorie Alexandra Gonzales Melgar. Ni la muerte misma que ayer por la tarde les arrebató sus vidas.
Mark y Margie se convirtieron en los protagonistas de la noticia más nefasta que recibieron sus parientes y amigos.
La pareja, que se había comprometido en matrimonio hace más de año y medio, parecía estar unida no sólo por el destino, sino por sus sílabas iniciales de sus nombres y apellidos.
Después de disfrutar de un almuerzo en familia en la residencia de Alice y Gilberto Goldstein, padres de Mark, ambos emprendieron su regreso a San Pedro Sula sin pensar que pocos segundos bastaban desde que el avioneta despegó para que Dios reclamara sus almas y nunca más volvieran a ver la ciudad que vio consolidar su amor.
Un hombre ejemplar
Son dos seres que se destacaron por muchas cualidades.
Mark Frederik, primogénito de una familia de gran honorabilidad en Honduras, se destacó como un hombre amante de los negocios, un amigo sincero y leal, un ser humano lleno de bondad y sobre todo, un padre e hijo que no hay palabras para describir su esencia.
Su héroe siempre fue su padre, el querido don Gilberto “Picho” Goldstein, de quien heredó ese carisma, la alegría por la vida, la sabiduría para dirigir las empresas que fundaron y más todavía, el amor que siempre brindó a sus hijos Paula, Adam y Andrew, que para él fueron siempre su máximo orgullo.
Hablar de su trayectoria es referirse a un líder. En Honduras se ganó el mismo respeto y admiración que su padre, gracias a su sabiduría en los negocios familiares, así como en la dirección de importantes grupos empresariales a los cuales pertenecía.
En el campo de la política se caracterizó por ser un baluarte del Partido Nacional, méritos e iniciativa que lo hicieron agenciarse honrosos cargos como diputado del Congreso Nacional de Honduras, del Parlamento Centroamericano, Parlacen, y como asesor por su visión y liderazgo.
LA PRENSA compartió en muchas ocasiones con Mark, de personalidad serena, muy franco y directo para externar sus ideas y pensamientos.
La noche antes del fatal accidente se había regocijado junto a su amada madre Alice, sus hermanas Lori Jan y Deana, sus hijos y sobrinos, así como su querida Margie, en el homenaje que el Congreso Nacional le brindó a su progenitor.
Ahí, ante la solemnidad de la ceremonia, fue juramentado como diputado suplente por el presidente de la Cámara Legislativa, Juan Orlando Hernández.
Se le vio emocionado, porque ante todo, Mark siempre se sintió orgulloso de Honduras y prometió seguir trabajando por esta patria, tal y como lo hizo durante sus casi 50 años de vida, justamente en abril planificaba celebrarlos en Las Vegas, Estados Unidos.
Jamás imaginó que su vida sería arrebatada por la desgracia de un desperfecto de la aeronave en que se transportaba.
En el Molino Harinero Sula, Banco Atlántida, Hotel y Villas Telamar, Seguros Atlántida, Sociedad Televisora Nacional, Cementos del Norte y entre muchas de las empresas del patrimonio familiar, siempre fue un jefe muy justo admirado por sus empleados y compañeros de junta.
Siempre alegre
Marjorie Alexandra Gonzales Melgar, o simplemente Margie Gonzales, se destacó por muchas cualidades. Fue una joven alegre, carismática, llevadera, amante de la música y el baile y amorosa con su novio.
A sus 25 años disfrutó la vida a plenitud. Su romance con Mark fue una de las más grandes bendiciones que Dios le envió a su vida.
Su jovial personalidad no se podrá olvidar. Imagen de televisión, con porte de modelo, rostro hermoso y un desenvolvimiento único, Margie logró ganarse el respeto y la admiración de muchos.
Margie era la creadora y conductora del programa infantil Chiquiclub, una producción original de la joven y con la cual había ganado el título de “Reina de los niños”.
En sus programas, que se transmitían los sábados al mediodía, exponía su gran calidad humana para con los pequeños. Ese sentimiento nació casi diez años atrás cuando se convirtió en madre de su única hija Alanis Montserrat.
La noticia del fallecimiento de la pareja y de Luis López, piloto de la aeronave, consternó a la sociedad hondureña adonde la familia Goldstein goza de muchísima estima y respeto.
La familia doliente comunicó anoche a sus amistades no enviar arreglos florales y que mejor se hagan donativos a favor de las Aldeas Infantiles SOS.