San Pedro Sula, Honduras.
Los disturbios provocados por los simpatizantes de la Alianza de Oposición han causado severos daños a los pequeños, medianos y grandes negocios en la zona norte.
Desde que empezaron las manifestaciones, el Cuerpo de Bomberos reporta 15 incendios en San Pedro Sula, de los cuales ocho fueron a negocios privados, dos a instituciones estatales, dos a peajes y el resto a viviendas.
El último siniestro se reportó ayer en horas de la madrugada en un autolote y una llantera, ubicado entre la una calle y seis avenida del barrio Santa Anita. Se quemaron en su totalidad diez vehículos, aseguró Óscar Paz, propietario del negocio.
De acuerdo con el relato del dueño, varias personas encapuchadas, a la 1:30 am del miércoles, llegaron a pedirle llantas. “De repente se vino una turba de allá arriba y empezaron a lanzar botellas con gasolina”. Las llamas
calcinaron parte de la llantera, por lo que las pérdidas son de al menos tres millones de lempiras, calculó Paz.
“Lo peor es que los carros no son nuestros, sino que sus dueños los traen y pagan el parqueo para que nosotros se los vendamos”, explicó.
Según el reporte del capitán de bomberos, Jorge Alberto Turcios, el local se quemó en un 90%. El capitán explicó que los manifestantes utilizaron bombas incendiarias de fabricación casera, conocidas como bombas molotov.
Unas cuadras más abajo, el domingo pasado se registró otro incendio a causa de las protestas. Los manifestantes ingresaron al negocio
Surtidora El Trapiche para saquearlo y prenderle fuego, las pérdidas superan el millón de lempiras, dijo el dueño, Saúl Enamorado.
En San Pedro Sula también han sufrido daños los semáforos y otras señales verticales. En Villanueva, los manifestantes prendieron fuego a una rastra.
Otros daños
El comercio en El Progreso operó a medias ayer, luego que en la madrugada manifestantes saquearan y metieran fuego a varios negocios de la ciudad.
Los establecimientos, cuyos propietarios registran considerables pérdidas económicas son Canela y Trigo, una tienda de conveniencia de una gasolinera, otra de venta de repuestos de carros y un restaurante de comida rápida. Entre los daños están rótulos destruidos y semáforos quemados. Los propietarios cerraron los negocios para evitar una acción vandálica de la turba. La Policía se mantiene al margen, mientras las carreteras y entradas a la Perla del Ulúa siguen tomadas.
Los disturbios provocados por los simpatizantes de la Alianza de Oposición han causado severos daños a los pequeños, medianos y grandes negocios en la zona norte.
Desde que empezaron las manifestaciones, el Cuerpo de Bomberos reporta 15 incendios en San Pedro Sula, de los cuales ocho fueron a negocios privados, dos a instituciones estatales, dos a peajes y el resto a viviendas.
El último siniestro se reportó ayer en horas de la madrugada en un autolote y una llantera, ubicado entre la una calle y seis avenida del barrio Santa Anita. Se quemaron en su totalidad diez vehículos, aseguró Óscar Paz, propietario del negocio.
Dos cuadras abajo, la surtidora El Trapiche también fue saqueada e incendiada.
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“Lo peor es que los carros no son nuestros, sino que sus dueños los traen y pagan el parqueo para que nosotros se los vendamos”, explicó.
Según el reporte del capitán de bomberos, Jorge Alberto Turcios, el local se quemó en un 90%. El capitán explicó que los manifestantes utilizaron bombas incendiarias de fabricación casera, conocidas como bombas molotov.
En El Progreso, varios comercios resultaron con daños por las tomas.
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En San Pedro Sula también han sufrido daños los semáforos y otras señales verticales. En Villanueva, los manifestantes prendieron fuego a una rastra.
Otros daños
El comercio en El Progreso operó a medias ayer, luego que en la madrugada manifestantes saquearan y metieran fuego a varios negocios de la ciudad.
Los establecimientos, cuyos propietarios registran considerables pérdidas económicas son Canela y Trigo, una tienda de conveniencia de una gasolinera, otra de venta de repuestos de carros y un restaurante de comida rápida. Entre los daños están rótulos destruidos y semáforos quemados. Los propietarios cerraron los negocios para evitar una acción vandálica de la turba. La Policía se mantiene al margen, mientras las carreteras y entradas a la Perla del Ulúa siguen tomadas.