San Pedro Sula, Honduras.
La preocupación se refleja en los rostros de miembros de la Asociación de Lustrabotas Sampedranos (Asolus), la razón: la afluencia de clientes no es ni la sombra de varios años atrás.
Eso no empañó la felicidad con la que los 16 integrantes que conforman la asociación conmemoraran ayer un año más de estar ofreciendo el noble servicio a la ciudadanía.
Asolus fue creada en 1974 con más de 60 personas, muchos de ellos ha muerto y algunos que decidieron dar vuelta a la página para dedicarse a otros trabajos.
Óscar Velásquez, presidente de Asolus, recuerda con emotividad cómo hace más de cuatro décadas un grupo de desempleados con ganas de buscar una forma digna de vivir se unieron para salir adelante.
La preocupación se refleja en los rostros de miembros de la Asociación de Lustrabotas Sampedranos (Asolus), la razón: la afluencia de clientes no es ni la sombra de varios años atrás.
Eso no empañó la felicidad con la que los 16 integrantes que conforman la asociación conmemoraran ayer un año más de estar ofreciendo el noble servicio a la ciudadanía.
Asolus fue creada en 1974 con más de 60 personas, muchos de ellos ha muerto y algunos que decidieron dar vuelta a la página para dedicarse a otros trabajos.
Óscar Velásquez, presidente de Asolus, recuerda con emotividad cómo hace más de cuatro décadas un grupo de desempleados con ganas de buscar una forma digna de vivir se unieron para salir adelante.
“Era muy joven cuando empecé en este gremio, lo hice porque quería ayudar a mi mamá con los gastos de la casa, pero no sabía de qué manera. Para mi sorpresa, aquí encontré no solo un medio para sobrevivir, sino una pasión que me anima a seguir cada día”.
| 60
Clientes atienden al día
Entre 50 y 60 usuarios reciben cada día los chaineros, como popularmente se les llama. Unos 20 años atrás atendían cerca de 200 diarios.
|
Aunque comentó que sus ganancias han decaído cerca de un 50%, aseguró que mientras tenga vida seguirá desempeñando la labor que le permitió tener dinero para poder invitar al cine a su primera novia y para contribuir con su familia.
Ejemplar
En un mundo dominado por hombres se destacan Emma Castro con dos mujeres más que al no encontrar mejor manera de poder llevar el pan a la mesa de sus casas decidieron tener como herramientas de trabajo el betún y la franela.
“Gradué del colegio a mis cuatro hijos gracias a lo que conseguía lustrando zapatos. Me siento orgullosa de pertenecer a esta asociación donde más que compañeros somos hermanos, porque el problema de uno es de todos”, expresó Castro.