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Los tolupanes lloran la muerte de su cacique Cipriano Martínez

  • 28 junio 2015 /

Orica, Francisco Morazá, Honduras.

El último cacique Cipriano Martínez ya descansa en las entrañas de la Montaña de la Flor. Una colina verde es su última morada, la tierra donde nació ya lo reclamó y ahora su legado vivirá en todos los que llevan su sangre.

Entre lágrimas lo sepultaron en el cementerio local de la Montaña de la Flor, en Orica, Francisco Morazán.

Uno tras otro, los pobladores rodearon el sepulcro y recordaron la vida de su líder.

Un túmulo de tierra ahora lo arropa; su ser se reflejó en cada una de las caras que allí estaban. Sus familiares lloraron amargamente la partida de su patriarca y en medio de la hierba cada uno despidió con sencillez al anciano.

“Me siento muy triste por mi tío. Él fue una persona muy especial para la comunidad de nosotros porque él nos ayudó. Sentimos el dolor. él sufrió por nosotros. Aunque yo estaba muy pequeña, sé que sufría, así que le pido al presidente Juan Orlando Hernández que no se olvide de nosotros”, expresó muy lentamente su sobrina Silvia Martínez.

Foto: La Prensa

Momentos en que era trasladado a la Montaña de la Flor.
Generaciones

La nueva sangre tolupán no se abstuvo de mostrar su reverencia ante el líder que ahora no está. Con llanto amargo prometieron ante su tumba continuar su legado. “Hoy queremos recordar las enseñanzas de nuestro líder, los principios que nos inculcó, queremos recordar su lucha”, expresó conmovido Aurelio Martínez, joven maestro de la zona.

Roto en llanto, el profesor que tradujo la Biblia a su lengua natal tol ofreció solemnemente su respeto y admiración al abuelo de las generaciones.

“En mis entrañas queda el cacique. Por décadas sufrimos para llegar aquí y en la Montaña de la Flor lo llevamos dentro del corazón; él dio su vida para resistir y llegar hasta aquí”, sollozó Aurelio.

“Les digo a todos los jóvenes que miremos este esfuerzo y sigamos el ejemplo de nuestro cacique. Nos dio ejemplos para seguir adelante. Les pido de corazón que se esfuercen como indígenas que somos”, concluyó mientras se limpiaba con las manos el mar de lágrimas.

Aún no se sabe con certeza quién tomará el lugar como nuevo cacique. Se menciona que se trataría de su hijo mayor Anastacio Martínez (67).

Con la pérdida física del jerarca se va una gran parte de la historia étnica del país. Según Tulio Mariano González, titular de la Dirección de Pueblos Indígenas Hondureños, “la muerte de Cipriano Martínez representa la pérdida de un pedazo de la historia nacional, ya que fue un hombre que trabajó y luchó por la integración de su pueblo”.