Más de 600 empleados de cinco instituciones de Gobierno reanudaron ayer las tareas de búsqueda de las víctimas del bus de la iglesia Elim que fue arrastrado por el río Acelhuate la noche del jueves.
Ayer por la mañana, la Policía Nacional Civil, PNC, ubicó un cadáver en el río Acelhuate en el cantón Las Tunas de Aguilares, 35 kilómetros al norte de San Salvador.
El Instituto de Medicina Legal aún no ha confirmado si el cuerpo está vinculado al accidente del bus de la iglesia Elim que fue arrastrado.
De acuerdo con datos del Medicina Legal, oficialmente han sido recuperados 13 cadáveres. En la unidad de la iglesia Elim viajaban 31 personas, de las cuales sólo un joven sobrevivió.
Fabricio Hernández, de 16 años, se salvó gracias a que vecinos le lanzaron una soga por la cual se trepó desde el techo del autobús.
'Se me erizó la piel'
Elsalvador.com publicó el relato de la camarógrafa Claudia Zaldaña, quien presenció la tragedia: 'Un poco de casualidad y otro tanto de oficio me llevó el jueves por la noche a la vera del río Acelhuate. Junto a mi esposo íbamos en nuestro carro en la calle Francisco Menéndez, rumbo a casa, cuando al pasar junto al puente de la 17 avenida Sur vimos cómo el río amenazaba con desbordarse.
El afluente había sobrepasado el nivel del puente y llegaba hasta la calzada. Apenas lo habíamos notado cuando de pronto vimos asomar la repunta. Grité: ¡Cuidado! y en pocos segundos el agua nos dio de frente y amenazaba con arrastrarnos. Pero no era el momento para ser las víctimas.
Una vez puestos a resguardo, tomamos nuestras cámaras para registrar el desbordamiento y fue entonces cuando vi cómo el agua cubría a un bus amarillo. Me sobrecogí cuando leí en el frente la inscripción: ‘Cristo viene pronto’. Se me erizó la piel. Casi por instinto, llamé a los cuerpos de socorro para informarles de la situación; luego inicié mis reportes para elsalvador.com.
Aunque la visibilidad era poca, por la oscuridad y la lluvia, vi cuando dos jóvenes se subieron al techo del autobús y, desde ahí, hicieron señales de auxilio. Impotente ante la amenaza, sabía que no podría hacer mucho por ellos. No tuve más que grabar y documentar con mi cámara lo que presenciaba.
Aún resuenan en mi cabeza las últimas palabras de aquella gente; los ‘ayúdennos’ y los ‘auxilios’. Lo más duro fue oírlos gritar. Quedé paralizada ante lo que vino después. Uno de los jóvenes sobre el techo del bus saltó hacia el muro de una casa cercana. Unos segundos después el bus comenzó a moverse.
Sentí una enorme impotencia al ver que estaban a punto de irse en la corriente. Algunos curiosos que habían llegado a la zona murmuraban lamentos... Yo me aferraba a mi lente. Me pareció increíble ver que el hombre que aún estaba parado sobre el techo del bus, no intentó saltar... Se quedó parado, como resignado a su destino.
Los gritos de la gente desde el interior del bus se hicieron más fuertes. En cuestión de segundos, el bus cedió a la potente corriente, llevándose a sus pasajeros.
No olvidaré esa imagen. Ahí es donde se vuelve más importante la labor periodística; la misión de documentar la realidad tal cual es... Aunque tengamos que observar la muerte de inocentes, de víctimas de la naturaleza, de la imprudencia humana y de la irresponsabilidad de Obras Públicas en este trágico suceso'.
Para Saber
Mal tiempo
El clima húmedo y las lluvias de los últimos días continuarán durante este fin de semana, producto de la onda tropical que se desplaza en la zona centroamericana.
Reacción
La vocera de la iglesia, Lilibeth de Castro, dijo: 'Vivimos un ambiente de mucho dolor y consternación en la sede central de la iglesia'.