La elaboración artesanal de objetos de junco es para este departamento, además de patrimonio cultural, base de la economía de la gran mayoría de hogares.
Vecinos de unas 189 aldeas se dedican a esta labor dirigida especialmente por mujeres campesinas, principales protagonistas de dicha actividad.
Ellas demuestran gran habilidad en la elaboración de objetos de junco. Más de 20 años de experiencia respaldan a estas artesanas.
En algunas comunidades hay instituciones que asisten y apoyan a mujeres en la comercialización de sus productos.
El Centro Cultural Hibueras, además de incentivar este oficio, elabora estudios para identificar a las artesanas en la región. La edad promedio de las “amas del junco” es de 37 años y con su trabajo aportan al hogar tres de cada 10 lempiras que obtienen por ventas.
A pesar de la calidad del trabajo, los ingresos siguen siendo reducidos debido a los bajos precios que pagan los intermediarios y a los pocos canales de comercialización. Tres de cada 10 familias obtienen ingresos de menos de 100 lempiras semanales y cuatro de cada 10 reciben entre 100 y 300 por semana.
A materiales como el junco las artesanas les han agregado la tusa y palma y los convierten en verdaderas obras de arte.
“Elaboramos sombreros para hombre y mujer, bolsos, artículos para el hogar como cestas, fruteros, juegos de servilletas, azafates, floreros, cofres, petates y alfombras con diseños mayas”, relata Marina Pineda, una de las artesanas.
Piden apoyo
Esta actividad, a pesar de sus muchas limitaciones, cuenta con algunos avances significativos gracias a la ayuda de instituciones internacionales que apoyan ese tipo de labor. Se destacan la innovación en la calidad, los nuevos estilos y la apertura del centro de acopio denominado sala de artesanías para que los turistas tuvieran un lugar donde adquirir los artículos de junco, tusa y palma.
Este centro de acopio trabaja con 400 mujeres de las comunidades Arada, El Ocotal, Los Bancos, Santa Rita de Oriente, Gualjoco, Nejapa, Nuevo Celilac e Ilama. “Le suplicamos al Gobierno que nos brinde apoyo para levantar esta actividad y que muchas más mujeres se integren y contribuyan a sostener a su familia dignamente”, solicitó Pineda, quien ha dejado un legado en Santa Bárbara con el trabajo del junco.