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La Haya descarta crímenes de lesa humanidad durante la crisis de 2009

  • 28 octubre 2015 /

La Haya.

Que no abrirá una investigación sobre supuestos crímenes de lesa humanidad cometidos tras el golpe de Estado de junio de 2009 en Honduras determinó la Corte Penal Internacional (CPI).

Los reportes de las agencias de prensa revelan que hubo falta de elementos para continuar la investigación.

La CPI admite que luego de la crisis política se cometieron “violaciones a los derechos humanos (...) y que estas fueron directamente imputables a las autoridades del régimen que tomó el poder”, pero indica carecer de un “fundamento razonable” para catalogarlas como “crímenes de lesa humanidad” sobre los cuales el tribunal tiene la facultad para investigar.

“De ninguna manera esta decisión minimiza los crímenes cometidos en Honduras o el impacto que tuvieron para las víctimas”, dijo la fiscal Fatu Bensuda, en un comunicado emitido por el tribunal de La Haya. “No obstante, es preciso recalcar que la definición de crímenes de lesa humanidad (...) impone estrictos requisitos legales que distinguen esta categoría de crímenes de aquellos originados en un contexto de violencia general, crónica y estructural”, agregó.

“En caso de nuevos hechos o nuevas informaciones”, la CPI “no dudaría en reabrir el examen preliminar sobre la situación” , indicó.

La CPI había abierto en octubre de 2011 una “investigación preliminar” para determinar si hubo crímenes que estén dentro de su competencia después de los sucesos del 28 de junio de 2009. Ese día Mel Zelaya fue trasladado a Costa Rica por miembros de las Fuerzas Armadas.

Las manifestaciones contra el golpe fueron “severamente y, en algunos casos, violentamente reprimidas” y se produjeron “violaciones a los derechos humanos en gran escala”, afirma el comunicado de la CPI al recordar el contexto de la época.

“En los años posteriores al golpe de 2009, la violencia continuó en aumento, debido en parte a la inestabilidad política generada por ese hecho, pero también como resultado de la expansión de las organizaciones criminales y de narcotráfico (...)”, prosigue.