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La Fortaleza de Santa Bárbara

  • Actualizado: 01 febrero 2009 /

Era el cuarto y último viaje del Almirante: el descubrimiento de Honduras. Cristóbal Colón llegó a Punta Caxinas, ubicada en lo que ahora conocemos como Punta Castilla para luego dirigirse a tierra firme. Con su llegada, comenzó otro capítulo en nuestra historia.

Era el cuarto y último viaje del Almirante: el descubrimiento de Honduras. Cristóbal Colón llegó a Punta Caxinas, ubicada en lo que ahora conocemos como Punta Castilla para luego dirigirse a tierra firme. Con su llegada, comenzó otro capítulo en nuestra historia.

Obviamente, las condiciones de la bahía de Trujillo eran ideales para convertirla en una importante ciudad.

En 1525, Juan de Medina fundó Trujillo, llamándola así en honor a la ciudad española del mismo nombre y de la cual era oriundo su superior, Francisco de las Casas.

Pero la vida de Trujillo nunca fue fácil. Desde el comienzo, fricciones entre distintos capitanes españoles más enfermedades y resistencia de los indígenas, pusieron en precario a la ciudad.

A base de esfuerzo, Trujillo prosperó lo suficiente para que el 7 de julio de 1558 forajidos franceses la atacaran por vez primera.

A partir de ahí, la ciudad se convirtió en blanco de piratas y corsarios.

Pronto, la Corona Española tuvo que poner recursos para proteger la ciudad.

Los primeros intentos arrancan en 1575 cuando se decide proveerla con las primeras piezas de artillería y se decide construir un baluarte. Ésta fue una fortificación que se diseñó hasta el año de 1586 y que terminó por construirse, de acuerdo a las costumbres y técnicas de aquella epoca, en 1629.

Por ser un sistema defensivo tan débil, la ciudad siguió siendo víctima de los bandoleros y sólo en ese siglo Trujillo sufrió cerca de diez ataques masivos.

Para mayor desgracia, en 1740 la Corte ordenó al especialista en construcciones militares, el ingeniero Luis Diez Navarro, que determinase el mejor sitio para construir una verdadera fortaleza que protegiera las costas hondureñas y guatemaltecas.

Navarro optó por construirla en Omoa, dejando a Trujillo abandonada a su suerte.

El baluarte de Trujillo sobrevivió y en 1869 el Gobierno de Honduras la denominó Fortaleza de Santa Bárbara', nombre con el que la conocemos ahora.

Todos estos datos y muchos más son narrados en el libro 'La Ciudad de Trujillo, Guía Histórica Turística' de Juan Manuel Aguilar y Sergio Antonio Palacios, una obra que nos ayuda a valorar y entender mejor la historia de estas piedras talladas a balas y fuego.

¿Dónde comer?

Atrapado por dos días de lluvia continua, me fue imposible aventurarme en busca de esos rincones de Honduras ideales para comer en la ciudad. Sin embargo, durante todo ese tiempo tuve la enorme fortuna de comer, los tres tiempos, en Casa Alemania. Por las mañanas pida el desayuno 'El Campesino Superado', una deliciosa y abundante mezcla del desayuno hondureño con el desayuno alemán. Y por las noches, no faltarán las salchichas alemanas con los aderezos y por supuesto cervecitas heladas a orillas del mar. Gunther sólo hace un plato por tiempo (créame, no necesita más) y es muy conveniente reservar con anticipación. No se pierda la próxima semana, 'Trujillo: el último paraíso'.

¿Dónde dormir?

Le puedo recomendar dos sitios en la ciudad de Trujillo:

Casa Alemania. Llegué por casualidad y me quedé ahí para toda una vida. Y si no, pregúntenle a Gunther. El es un alemán tan robusto como su ancho bigote; ella, Paula, es menuda y tan activa como el mar que la rodea. Ubicados en la playa, antes de entrar a la ciudad, han construido un pequeño hotel lleno de alegría y sinceridad. Él cocina y ella atiende. Y si puede, pídale a Gunther su sopa de filete de pescado con 'machuca alemana'. ¡Ummm!

Tels. 434-4466 Cel. 9831-5748

Hotel O´Glynn. Ubicado en el centro de la ciudad, a un par de cuadras de la catedral, es un sitio muy tranquilo, sencillo, limpio y con precios realmente accesibles. Parqueo privado, aire acondicionado y cable. Ah, dedique unos minutos para apreciar la arquitectura del inmueble: un estilo del sur norteamericano de finales del XIX y principios del XX. Una casa realmente hermosa.

Tels. 434- 4592