Desde los siete años Juan Ramón Flores se dedica a lustrar zapatos en el parque Ramón Rosa de esta ciudad. Ahora se siente orgulloso de ser el presidente de la Asociación de Lustrabotas de El Progreso, Alupro, y de tener los suficientes ingresos como para que su familia viva dignamente.
Manifestó que los lustrabotas progreseños, igual que él, han logrado un mejor estatus dentro del engranaje laboral de la ciudad gracias a que trabajan de forma organizada desde hace 15 años en que surgió la asociación.
En esa misma fecha surgió también la Asociación de Lustrabotas Progreseña del parque Las Mercedes, Aluprom, que desarrolla sus labores en este otro sector de la Perla del Ulúa. Ambas organizaciones recuerdan hoy su aniversario, pero celebrarán de forma separada, así como han desarrollado todas sus actividades.
Flores dijo que las dos asociaciones no se han podido unir por diferencias en la manera de pensar de sus dirigentes, pero que tampoco existen divergencias entre los dos grupos. Aunque tienen diferentes puestos de trabajo, los miembros de las dos organizaciones se identifican entre sí porque enfrentan los mismos problemas y tienen las mismas necesidades.
Por eso cuando sube el precio del betún, ambas incrementan el precio de la lustrada de manera uniforme.
Actualmente cobran 20 lempiras por el calzado normal, como chinelas. Si el servicio es a domicilio cobran un poquito más.
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Uno de los anhelos de los dos grupos es tener un uniforme que los diferencie entre sí, y que a la vez los identifique como gremio.