Irán sigue adelante con su enriquecimiento de uranio pese a las exigencias de la ONU, según un informe difundido ayer por la Agencia Internacional de la Energía Atómica, Aiea, todo un desafío que Francia e Inglaterra abogaron por castigar con nuevas sanciones.
“Irán no ha suspendido sus actividades relacionadas con el enriquecimiento” de uranio, confirmó la agencia onusiana, con sede en Viena, en un informe destinado a su junta de gobernadores, compuesta por 35 países y al Consejo de Seguridad de la ONU.
La Aiea señaló que los iraníes están enriqueciendo uranio en su planta de Natanz, donde se instalaron 328 centrifugadoras en un vasto recinto subterráneo. Otras 328 se están montando actualmente.
Sanciones
Estas actividades corroboran que Teherán ha hecho caso omiso de las exigencias del Consejo de Seguridad de la ONU, que el 23 de diciembre aprobó la resolución 1737, en la que otorgaba un plazo de 60 días a Irán para poner fin al enriquecimiento e implantaba, asimismo, sanciones contra la República.
La agencia estimó que el régimen no cooperó como debía y criticó que no le entregará un documento de más de 15 páginas sobre la fabricación del núcleo de una bomba atómica.
Los iraníes alegaron que abandonar el enriquecimiento habría sido “contrario a sus derechos, al Tratado de No Proliferación y a las reglas internacionales”, por lo que “Teherán no podía aceptar la resolución 1737”, según Mohamad Saidi, vicepresidente de la Aiea.