Una transformación del sistema educativo que incluye la mejora de la infraestructura, la contratación de docentes mediante concurso, la transformación de las escuelas normales y el logro de los 200 días de clases serán, entre otros, los objetivos para 2019.
Ayer diversos sectores encabezados por el Gobierno, con el acompañamiento de la sociedad civil, corporaciones municipales, sector magisterial, academia, empresa privada y cooperantes, acordaron unir esfuerzos para establecer un plan encaminado a mejorar la calidad de la educación en los diferentes niveles a corto, mediano y largo plazo.
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El compromiso fue pactado en la sede del Poder Ejecutivo con participación del presidente, Juan Orlando Hernández, el ministro de Educación, Arnaldo Bueso, los miembros de la Comisión de Transformación de la Educación, cooperantes, alcaldías, dirigencia magisterial, sociedad civil, entre otros. Entre los compromiso se establece una transformación en la infraestructura educativa a nivel nacional.
Según las autoridades de Educación, el 85% de los establecimientos públicos se encuentran en mal estado, por lo que se ejecutará una reestructuración con una inversión aproximada de 3,500 millones de lempiras. Los recursos serán desembolsados por la Tasa de Seguridad.
Estos serán invertidos en la reparación y construcción de unos 20,000 centros educativos de todo el país que se encuentran en malas condiciones. El proyecto es a corto, mediano y largo plazo.
“Ya estamos trabajando en mejorar las escuelas y vamos en los próximos dos meses a potenciar este trabajo y asegurar que podamos seguir avanzando más rápido, ya que vamos a reparar y construir nuevas escuelas”, dijo Arnaldo Bueso, titular de Educación. “Es imposible tener todas las escuelas listas este año, pero hay un plan que vamos a presentar”.
Los concursos de docentes se van a implementar en noviembre ya que se va a contratar a unos 3,000 maestros.
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El ambicioso proyecto para mejorar la educación contiene otros puntos en los que se destaca el fortalecimiento de capacidades de los maestros, trabajo directo con las corporaciones municipales, el rescate de la representación de los padres de familia y todo el esquema de cooperación de los donantes y sociedad civil.
A corto plazo se pretende desarrollar un nuevo sistema de matrícula en el cual se va a facilitar la inscripción de los niños a través de una conexión directa con el Registro Nacional de las Personas para que la partida de nacimiento automáticamente se pueda visualizar.
En cuanto a la participación de las alcaldías, lo que se pretende es que se involucren de manera directa y que eso permita sumar la mayor cantidad de niños que asistan a los centros educativos. En los últimos años, la matrícula en el sistema educativo ha superado los dos millones de educandos. En 2015, la población estudiantil fue de 2,027,432 alumnos. En 2016 se contaron 2,032,593 y en 2017 la matrícula tuvo una disminución, ya que se inscribieron 2,028,700 alumnos en el país.
En esta oportunidad se pretende que haya un significativo incremento en la matrícula desde el nivel preescolar hasta el nivel secundario.
Para ello las alcaldías que reciben las transferencias del Gobierno deben hacer el aporte adonde se establece que el 40% de lo que reciben se debe invertir en educación.
En cuanto a la deserción escolar, Bueso detalló que para evitar que los niños dejen de asistir a los centros educativos es fundamental la participación de los padres de familia y los gobiernos locales.