Tegucigalpa, Honduras
Los bosques de pino son los más afectados por los incendios forestales. Hasta el viernes 4 de mayo, el departamento de Protección Forestal del Instituto de Conservación Forestal (ICF) reportaba 749 incendios en 16 departamentos de Honduras, que han afectado 41,865.15 hectáreas.
En promedio, cada hectárea tiene un aproximado de 180 árboles y se queman totalmente un 35%, lo que representa 80 árboles. En total con el reporte que el ICF registra son 3,349,300 árboles los que se han perdido producto de los incendios forestales reportados en 2018.
“La estimación de pérdidas por los incendios forestales debe verse en términos económicos por el volumen de la madera perdida, pero hay otros daños, por ejemplo, el de las primeras capas del suelo, donde viven microorganismos”, explicó ó scar Sánchez, ingeniero forestal en Olancho.
El valor de un árbol en pie ronda los 400 o 500 lempiras, que es aprovechable para aserrío, y de 150 a 200 lempiras por un árbol que se utiliza en trozas delgadas y pequeñas, que normalmente se utilizan para procesar palillos o piezas pequeñas.
Los expertos aseguran que el árbol de pino tiene una característica, que pese a que se puede quemar gran parte del árbol mientras no se queme la yema apical, que está en el mero ápice o punta del árbol, ese árbol se puede recuperar.
Preocupación
Solo Francisco Morazán registra 208 incendios en 2018 y Olancho 153, la mayoría en tierras privadas, pero el departamento de Gracias a Dios, que solo reporta 31 incendios, es la zona donde más hectáreas se han quemado: 14,337.96. “En comparación con 2017 hay una importante disminución de un 13 por ciento de los incendios. El área quemada ha crecido en un 22 por ciento por la intensidad del calor y la geografía, un ejemplo es Puerto Lempira, en Gracias a Dios. En cuanto a la reforestación, el 30 de mayo se hará el lanzamiento de la nueva campaña de restauración de bosques”, manifestó Arnaldo Bueso, director del ICF.
Los incendios se generan porque muchos pobladores buscan la renovación del pasto, agricultura de subsistencia, cambio de vegetación y utilización de tierras para lotificación. Hace falta una verdadera estrategia de prevención para que los bosques sigan ardiendo.
Medidas urgentes
En San Francisco de Becerra, en el departamento de Olancho, los pobladores de siete aldeas libran una batalla para sofocar el fuego que quema los bosques y que se aproxima a la zona donde se ubican las fuentes de agua que abastecen a los más de 12,000 habitantes. Son 2,003 hectáreas las perjudicadas porque personas sin conciencia han provocado el incendio en los bosques.
“En Olancho tenemos graves problemas con los incendios, no hay conciencia de lo que es quemar, nos estamos destruyendo. El agua escaseará y por eso estamos en las tareas de controlar este último incendio, que es uno de los más grandes en el municipio. Aquí hubo mano criminal”, explicó Ananías García, poblador de San Francisco Becerra.
Brigadistas forestales han estado al frente combatiendo los incendios que a lo largo del país se han reportado. Este grupo de hombres y mujeres fueron entrenados por el Servicio Forestal de Estados Unidos. A ellos les toca llegar a la zona y en muchas ocasiones deben caminar varios kilómetros para llegar a donde están los incendios forestales, que en el 90% de los casos son provocados por la mano criminal del hombre.
Para finales de este mes habrá una intensa campaña de recuperación de los bosques por medio del Programa Nacional de Reforestación, donde se planifica la plantación de más de 60,000 de distintas especies a nivel nacional. Informan que participará la empresa privada, alcaldías, Fuerzas Armadas y el Gobierno.