Más de 600 incendios han quemado 5.400 hectáreas de bosques en lo que va de este año en Honduras, informaron las autoridades el domingo.
'Estamos preocupados porque los incendios afectan las cuencas de agua del territorio nacional', dijo en rueda de prensa el gerente de la Corporación de Desarrollo Forestal, Cohdefor, Ramón Alvarez.
Indicó que la provincia de Gracias a Dios, al noreste del país y fronteriza con Nicaragua, es la que registra más quemas forestales en los dos primeros meses del 2007.
Numerosos incendios asimismo se han producido las ciudades, aldeas y montañas cercanas a Tegucigalpa, particularmente en Santa Lucía y Valle de Angeles, al este de la capital. Son lugares pintorescos rodeados de extensos bosques de pinos.
Según las autoridades, algunos incendios han sido provocados por la acción criminal del hombre.
La temporada más calurosa se inició el 15 de febrero y concluirá a finales de mayo en Honduras. Durante esa época, la maleza está seca y alta, lo que significa que las llamas pueden causar en cualquier momento una devastación.
Con unos 1.200 hombres en todo el país y 150 en la capital, los bomberos reciben más de 6.000 llamadas de emergencias cada año por incendios, que sofocan en forma rudimentaria con picos, mantas, palas y machetes.
Según el gobierno, los incendios causan pérdidas superiores a los 1.200 millones de dólares y destruyen alrededor de 100 mil hectáreas de bosques cada año en Honduras.
El 60% del territorio, de 112.492 kilómetros cuadrados, es montañoso y lleno de coníferas.
El fuego se propaga generalmente en el país por descuido de los campesinos, que pierden el control al quemar la hierba cuando se preparan para sembrar para la estación lluviosa.
En muchos casos, sin embargo, las llamas son provocadas intencionalmente por labriegos que cortan árboles para usarlos como leña o carbón, o apropiarse después de las tierras privadas, estatales o ejidales por la fuerza.
Además, cada año son destruidas entre 20 mil y 50 mil hectáreas de bosques que se convierten en pastizales para la ganadería y adicionalmente otras miles de hectáreas de árboles son desbrozadas por los campesinos para usarlas como leña.