04/12/2025
11:02 PM

Hondureños becados en Taiwán, historias de amor y dedicación

San Pedro Sula, Honduras.

Taiwán es un hermoso país de gente muy trabajadora y generosa. Nuestro segundo hogar”. Así definen los hondureños Yulliana Hinestroza y Carlos Amaya al país asiático que los acogió.

Ellos formaron parte del primer grupo de becarios hondureños que llegó a la llamada también “Isla hermosa” en 2005. Yulliana se graduó de arquitecta en la Universidad Tecnológica de Taiwán (National Taiwan University of Science and Technology) y él obtuvo el pregrado en Ingeniería Eléctrica y un posgrado en Ingeniería de Potencia Electrónica en la Universidad Nacional Tsing Hua, en la ciudad de Hsinchu, Taiwán.

Hasta las fecha son más de 300 jóvenes becarios hondureños que han pasado por las universidades de ese país. Yulliana, originaria de Erandique, Lempira, y Carlos, de San Pedro Sula, solicitaron la beca por separado sin imaginar que años después unirían sus vidas, porque su objetivo principal era graduarse.

Lo lograron, primer confiando en Dios y combinando la perseverancia con la dedicación. Llegaron a Taiwán hace 10 años y en ese tiempo separaban los grupos de estudiantes por el departamento de origen. Dicen que se conocieron a los dos meses de estar en Taiwán en la comunidad católica de habla hispana en Taipei.

Carlos recuerda emocionado que asistían a misa los domingos y les invitaron a formar parte del coro, allí compartían más tiempo con otros jóvenes becarios de varios países. “La fe en Dios que compartimos, y las virtudes mutuas hicieron que cultiváramos una bonita amistad por varios meses. Y luego empezamos un noviazgo de seis años que terminó en matrimonio y ya con una hija de un año”, cuenta Yulliana. Llegar a Taiwán fue toda una aventura porque es una cultura muy diferente a la nuestra.

Foto: La Prensa

Los becarios de Honduras dan a conocer nuestro folclor y tradición en Taiwán.
Fue todo un reto llegar y no saber cómo comunicarnos. El idioma es uno de los retos más grandes al inicio. Sin embargo, la gente es muy amable con los extranjeros y eso ayuda un poco, recuerda la pareja. Gracias a la relación de cooperación entre Honduras y Taiwán obtuvieron una beca que duró cinco años. Se les otorgaba una mensualidad que ellos administraban, incluyendo pago de colegiaturas.

El primer año aprendieron mandarín, y los restantes cuatro años estudios de pregrado universitario. Esa beca también les cubría un boleto de ida y regreso a Honduras al finalizar los estudios; pero Taiwán también les ofreció una oportunidad de trabajo que hoy aprovechan.

“Honduras es nuestra patria, es un país hermoso, con gente muy trabajadora, honrada, llena de fe y positivismo”, dice Carlos, quien trabaja en Ubiquiti Networks, Inc. como ingeniero de desarrollo de productos electrónicos.

Ellos extrañan su gente, la comida y con nostalgia dicen que les gustaría que Honduras tuviera la seguridad y la organización de Taiwán.

“Si tienen sueños, luchen por ellos”, dicen a los hondureños que han convertido a Taiwán en su segunda casa.