Cinco años, siete meses y seis días permaneció preso en México el hondureño Ángel Amílcar Colón Quevedo, un preso de conciencia catalogado así por Aministía Internacial porque su delito era ser negro, migrante y hondureño, en tierras mexicanas.
El hondureño que hace dos días recuperó su libertad sigue en México pero no con el fin de adoptarlo como su país, su objetivo es denunciar por cuanto medio le sea posible, todos los vejámenes e injusticias que sufrió en la cárcel mexicana donde vivió días y noches de terror.
Entrevistado por el periodista mexicano Carlos Loret de Mola, de noticieros Televisa, el hondureño contó muchas veces con la mirada en el limbo, todos los traumas y dolencias que le dejó su encierro forzado.
'Golpean a las personas y el trato, todo es bajo chantaje. Tengo 5 años, siete meses, seis días que cumplí el 15 de este mes de haber estado preso y viví circunstancias muy duras porque golpean a la gente al momento de los cateos o cuando hay cambio de autoridad dentro del penal. Sufro de constantes diarreas. En las últimas tres semanas ya no me querían dar agua de garrafón, aún ganando los amparos', relató en compañía de su abogado.
Colón Quevedo afirmó que hay derechos que se necesitan que se hagan valer en las cárceles mexicanas.
'Soy un ejemplo de miles de personas que están presas hoy en día y que no tienen la oportunidad de que salga alguien a brindarles una defensa como la que tuve yo', dijo al ser consultado si el trato que tuvo él en la cárcel de máxima seguridad de Tepic, Nayarit donde estuvo preso, se lo dan a todos los reos, incluso a los más peligrosos.
'En Nayarith no hay presos famosos ni de alta peligrosidad pero todos los que llegan, normalmente llegan con signos de tortura y con lesiones físicas visibles y con fracturas', relató.
Asegura que lo peor de estar preso fue cuando murieron cinco de sus seres queridos.
'No se me dejó comunicarme con mi familia para dar mi pésame. Aparte de eso, me recibieron con cachetadas después de haber sido víctima de tortura y en cada momento, en cada operativo y cateo, yo revivía las escenas de tortura. Lloré mucho tiempo en mi cama. Hoy en día sigo teniendo problemas de salud. Tengo problemas de desgaste en mis dientes porque las pesadillas me causan tronidos de dientes y se me han desgastado', dijo.
Colón Quevedo asegura que las torturas que vivió son horrendas. 'Te esposan de manos y pies, te acuestan en una colchoneta y te echan agua a la cara que está tapada con una toalla. Te ponen bolsa para asfixiarte, y te ponen chicharras con toques eléctricos en los testículos. Te ponen de pie, te agarran a patadas y a puñetazos y te dan golpe al cuerpo y a la cabeza'.
Asegura que todo lo anterior le ocurrió en el cuartel de la segunda zona militar en Tijuana. Dijo que dentro de la prisión hay un cuarto especial donde lo torturaron dándole cachetadas.
Cuando el periodista le consultó si lo detuvieron por ser negro, por ser hondureño o por ser migrante, afirmó que cuando lo detuvieron se presentó como expresidente de la Organización Fraternal Negra de Honduras (Ofranh), que es la organización representativa del pueblo garífuna.
'Recibimos mal trato por parte de las autoridades porque creyeron que la Ofranh era un cartel. Pero es una organización reconocida en el ámbito internacional, pero en lugar de investigar quien era yo, me pusieron a disposición del Ejército para que fuera interrogado mediante la vía de la tortura. Todo ocurrió en 2009 en el marco del Plan Mérida', ahondó.
Ángel Colón recalcó que se siente aliviado por haber recuperado su liberad pero es claro que tendrá que aprender a vivir de nuevo porque se siente marcado.
'He tomado la decisión de perdonar a los que me hicieron el daño para liberarme de esta carga porque sé que el perdón es una decisión, aunque los recuerdos vengan a la mente. Pero sé que aprenderé a vivir con ello', finalizó el hondureño quien pidió al centro Prodh asistencia sicológica y médica.
Van por la reparación de daños
Mario Patrón, abogado que acompañó a Colón Quevedo, afirmó que desde luego están buscando justicia y la reparación de los daños causados al hondureño.
'Él ha sido victima de encarcelamiento prolongado y su caso es muestra de la vulnerabilidad que viven los migrantes en tránsito por México. Su caso condensa consecuancias de violaciones graves de derechos humanos, detención arbitraria, tortura, incomunicación no hay asistencia consular, no hay derecho a la defensa adecuada. No hubo derecho a la presunción de inocencia', lamentó el abogado.
El profesional del derecho miembro del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) dio a conocer extractos de un informe que señala que los migrantes que están en custodia del Estado de México son los olvidados de los olvidados. 'Los olvida su estado de origen y del sistema penal. Ángel después de cinco años no había tenido acceso a la justicia y nos hace reflexionar sobre cuántos olvidados más habrá en las cárceles mexicanas'.
Afirmó que desde luego, van a trabajar en el tema de la reparación de daños.