En el occidente de Honduras, específicamente en el tranquilo Valle de Sensenti, una iniciativa turística está reviviendo las tradiciones ancestrales que han quedado relegadas al olvido.
Rescatar la esencia de la vida rural y ofrecer una experiencia única a los visitantes es el objetivo de la iniciativa de Lisandro Padilla, un productor de café que decidió apostarle al agroturismo en la zona del occidente.
“Son tradiciones que se han perdido y que hoy deseamos revivir”, explicó Padilla entusiasmado; “cosas como la molienda de forma tradicional con bueyes, que son prácticas que se han ido perdiendo pero que aún llaman la atención de muchos para vivir la experiencia”.
El lugar, conocido como La Playa, en Sensenti, Ocotepeque, ofrece un ambiente rústico pero acogedor. Con vistas al atardecer entre los árboles y el ritmo de la marimba que evoca recuerdos y tradiciones del occidente, el lugar transporta a sus visitantes a otra época.
“Molienda con sabor a caña en La Playa”, así reza la invitación a este lugar donde resurgen las tradiciones del occidente.
Aquí, los visitantes pueden disfrutar de la molienda, la marimba, las sopas y los derivados del elote, todo en el hermoso Valle de Sensenti, una zona con un gran potencial para el agroturismo en el occidente de Honduras.
La iniciativa ha atraído a personas de todo el país, desde el centro hasta el sur y el norte, en busca de una experiencia auténtica y familiar.
“Iniciamos desde el viernes y ha sido una jornada muy festiva”, comentó Padilla.
“Este es un área para hacer algo diferente, descansar en familia. Estas actividades son para disfrutar juntos, enaltecen los lazos familiares y ofrecen una oportunidad de relajarse” contó el entrevistado.
“Estamos iniciando el proyecto, pero nuestra aspiración es que las personas realicen tours agroturísticos en el sector”, señaló.
“Hemos hecho de esta experiencia un proyecto piloto con amigos e invitados especiales, pero esperamos crecer” comentó al mismo tiempo que afirmó que “estas iniciativas, por pequeñas que sean, generan empleo y benefician a las comunidades locales”.
En La Playa, unas 40 familias se benefician directamente de esta actividad turística, lo que además dinamiza la economía local.
En este momento, los visitantes pueden disfrutar de tours por la hacienda, observar el ganado, participar en la molienda, degustar la gastronomía local y dejarse llevar por el ritmo de la marimba.
“Es una oportunidad para generar otras actividades”, concluyó Padilla, emocionado por el futuro prometedor que se avecina para esta iniciativa turística en el corazón del occidente hondureño.
