Frente a otras urbes de América Latina que tienen metas claras para 2030, Tegucigalpa y San Pedro Sula están rezagadas en la carrera para instaurar un sistema de transporte de pasajeros seguro, asequible, accesible y sostenible para todos, tal como lo plantean los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.
Las administraciones de Tegucigalpa, dirigida por Jorge Aldana, y la de San Pedro Sula, dirigida por Roberto Contreras, ya consumieron el 50% del tiempo de gobierno local que la ley les concede y no ejecutaron ningún proyecto que impulse la movilidad sostenible, pese a que alrededor de los palacios edilicios reina el caos vehicular en las horas pico.
En el istmo centroamericano, la Ciudad de Panamá no esperó más tiempo y en 2014 inauguró la primera línea del metro. Hoy, este sistema de transporte masivo tiene una tercera línea en proceso de construcción con la cual logrará ofrecer el servicio a más personas. Con dos líneas transporta diariamente entre 240,000 y 280,000 usuarios que antes se trasladaban en cientos de carros particulares y autobuses deteriorados.
Aunque San José, Costa Rica, tiene un mejor sistema que el resto de capitales de la región, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (Ocde), en el Primer Informe de Evaluación de Desempeño Ambiental Costa Rica 2023, insta a este país, por ser miembro de esa organización, a instalar un sistema integrado de transporte público en la capital con el objetivo de descongestionar las vías.
En América Latina, Colombia y Chile son ejemplos, según el informe “Transporte 2050: El cambio hacia la descarbonización y la resiliencia climática en América Latina y El Caribe”. Los gobiernos y las municipalidades de esos dos países tienen varios años en la ejecución de una estrategia para lograr un modelo de movilidad urbana sostenible que permita alcanzar la neutralidad en carbono en 2050.
Además de provocar un caos vial, los cientos de miles de carros que circulan por las ciudades, en ausencia de un sistema de transporte sostenible, por sus emisiones de gases tienen un efecto negativo en la calidad del aire y en la salud pública. Por usar motores de combustión interna utilizan combustibles a base de petróleo, como la gasolina y el diésel, y emiten monóxido de carbono (CO), óxidos de nitrógeno (NOx), hidrocarburos no metánicos (HC), óxidos de azufre, toxinas transportadas por el aire y material particulado (PM, por sus siglas en inglés), según ese informe publicado recientemente por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y otras entidades.
Entre las emisiones vehiculares, las más nocivas, de acuerdo con ese informe, se encuentra el PM2,5, proveniente del sistema de escape del motor como resultado de la condensación de hidrocarburos. Un componente principal del PM2,5 es el carbón negro u hollín (BC, por sus siglas en inglés), el cual absorbe sustancias tóxicas como compuestos orgánicos y metales pesados.
Por ahora, el nivel de contaminación del aire en Tegucigalpa y San Pedro Sula no es tan alarmante como en otras ciudades de América Latina, por ejemplo, el nivel de PM2,5 es de entre 10 y 15 microgramos/metro cúbico (µg/m3), un rango medio, considerando que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda de 0-5,0 μg/m3. Por arriba de los 15, en condiciones críticas, están las ciudades de Guatemala, México, Lima y otras urbes.
Proyecto
- El parque vehicular aumentó 42% respecto a hace 5 años. La cantidad de vehículos de Honduras pasó de 1,836,007 (2018) a 2,598,120 (2023). Hubo un aumento de 42%, según cifras del INE. En 2023, el parque vehicular superará los 2.8 millones.
- Cortés y el Distrito Central tienen el 47% de los carros. El departamento de Cortés tiene 581,626 automóviles; el Distrito Central, 644,757. Entre los dos suman el 47% del parque vehicular del país. Entre 2018 y 2023 hubo un aumento de más de 440,000 unidades.
Nelson Fernández, presidente de la Federación de Transporte de Servicio Especial de Honduras (Fetraseh), dice que “las ciudades principales necesitan un sistema de transporte ordenado, seguro y que pueda ser utilizado por todas las personas para reducir el congestionamiento vehicular y la contaminación”.
“Como una iniciativa privada, desde hace varios años hemos estado promoviendo el sistema Metrosula en San Pedro Sula. El gobierno actual de Xiomara Castro nos está apoyando con el financiamiento de L900 millones a una tasa de 4% por medio de Banhprovi y en la banca privada buscamos L110 millones para la primera línea. Para una segunda línea necesitamos $40 millones más y para el sistema troncal unos $35 millones más”, manifestó Fernández.
Este empresario, que ha logrado crear un consorcio de más de 40 empresas que ofrecen el servicio de transporte de pasajeros en la ciudad, cree que “esta es una solución factible que les permitirá a los transportistas seguir dentro del sector ofreciendo un servicio seguro y ordenado”.