Unos veinte hondureños dedicados al narcomenudeo en Estados Unidos cayeron en cárceles o han sido condenados a prisión federal por vender la nueva droga que afecta gravemente a algunas ciudades de ese país, el fentanilo.
Recientemente, a finales de octubre, la Oficina del Fiscal de los Estados Unidos para el Distrito de Colorado anunció que el hondureño Héctor Aquino (de 26 años), radicado en Denver, recibió una sentenciado de 84 meses en una prisión federal por distribución y posesión de fentanilo.
Aquino, quien había sido arrestado por tráfico de drogas y portar armas de fuego y liberado tras pagar una fianza en enero de 2022, volvió a caer en la cárcel por intentar vender fentanilo durante una operación encubierta montada por agentes que le seguían la pista.
De acuerdo con registros del Departamento de Justicia, el 8 de febrero de 2022, un oficial encubierto montó la compra de 200 pastillas al hondureño. Los dos se conocieron en un motel en Aurora, donde el acusado vendió la droga al oficial y acordaron hacer un trato más grande de 1,000 píldoras.
El 14 de febrero de 2022, el agente encubierto contactó al acusado para comprar 1,000 pastillas de fentanilo por $2,500. Los dos acordaron reunirse en una tienda en Denver.
El acusado llegó y entró en la tienda y lo detuvieron. Los oficiales encontraron aproximadamente 1,000 pastillas de fentanilo en su bolsillo. Un gran jurado federal emitió una acusación formal el 24 de febrero de 2022, según registro del Departamento de Justicia.
En junio anterior, tres ciudadanos hondureños enfrentaron cargos federales de narcotráfico después de que su fentanilo ilícito tuviera relación con una sobredosis fatal en Portland.
Manuel Velásquez (de 38), Jorge Rivera (de 27) y Dennis Palma (de 23) conocieron las acusaciones en su contra por una denuncia penal federal de conspirar para poseer con la intención de distribuir fentanilo.
Según documentos judiciales, en la mañana del 7 de junio de 2023, un ayudante del alguacil del Equipo Interagencial de Narcóticos de Washington acudió a la escena relacionada con una sobredosis fatal en West Burnside Street en Portland.
El hijo de la víctima dijo a los investigadores que él y su madre habían comprado recientemente alrededor de 100 pastillas de fentanilo por $200 a Velásquez. Ese día, la policía lo arrestó en posesión de unas 1,000 píldoras multicolores y dos onzas de fentanilo en polvo.
En mayo, otros dos hondureños residentes en Gresham, Oregon, enfrentaron acusaciones en un tribunal federal por transportar cientos de miles de píldoras falsificadas que contenían fentanilo y varias libras de fentanilo en polvo transportadas desde California a Portland para reventa.
A Kevin Martínez (de 27) y Allen Moya (de 29) los acusaron de conspirar entre sí y con otras personas para distribuir y poseer con la intención de distribuir fentanilo y poseer con la intención de distribuir fentanilo.
En enero, las autoridades llevaron ante un juez a otro hondureño residente en Portland para responder por cargos federales después de ser arrestado con dos kilos con los colores del arcoíris y varias armas de fuego en dos moteles de Portland.
José Isidro Zúñiga (de 47) resultó acusado por denuncia penal de conspiración para poseer y poseer con la intención de distribuir fentanilo.
Según documentos judiciales, la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI, por sus siglas en inglés) y el Departamento de Policía de Tigard investigan sobre el presunto tráfico de narcóticos ilegales desde México para su distribución y venta en Oregon y el estado de Washington.
En declaraciones a periodistas de Guatemala, El Salvador y Honduras, entre ellos de Diario LA PRENSA, Gloria Chávez, jefa de la Patrulla Fronteriza en el Valle del Río Grande, dijo que organizaciones criminales de México utilizan y obligan a emigrantes centroamericanos a introducir drogas, entre ellas, el fentanilo, a EUA.
Aunque personas de Honduras están siendo arrestadas y encarceladas, no indica que sea una conducta generalizada o solamente de los emigrantes con esta nacionalidad. Las autoridades estadounidenses también han detenido a individuos de otros países. En mayor número de Estados Unidos y México.
Investigaciones del Instituto Cato indican que en 2022, traficantes con nacionalidad estadounidense representaron el 89% de la población condenada por tráfico de fentanilo.
De acuerdo con esa entidad, este año, el 93% de las incautaciones de fentanilo ocurrieron en cruces legales o puntos de control de vehículos, no en rutas de migración ilegal. Según Cato, “los ciudadanos estadounidenses (que están sujetos a menos escrutinio) al cruzar legalmente son los mejores contrabandistas”.
