La pequeña empresa de Honduras llama a la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Enee) a cerrar el proceso de compra de energía para cubrir la demanda creciente y evitar una nueva ola de apagones que causó estragos económicos el año pasado, cuando muchas unidades productivas y comerciales se vieron obligadas a cerrar operaciones.
El temor ha surgido luego de que el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep) exhortara a la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (Enee) a concluir la contratación de 220 megavatios iniciada en octubre de 2023 para hacer frente a la demanda creciente en 2024.
Según el Informe Anual de Operación del Mercado y Sistema Eléctrico Nacional, publicado este mes por el Centro Nacional de Despacho (CND), el sistema produjo el año pasado 10,527.68 gigavatios-hora (GWh) y el consumo interno (servido por la Enee) llegó a 10,662.38 GWh, es decir, aumentó 7.23% respecto a la demanda de 2022 (9,943.67 Gwh).
De los 10,527.68 GWh producidos el año pasado, las plantas térmicas privadas aportaron 4,805.70 GWh (45.65%).
“Esperamos que la Enee termine el proceso de compra de energía para no sufrir una nueva ola de apagones que causó el cierre de muchas pequeñas empresas el año pasado. Los pequeños empresarios resultan siempre seriamente afectados porque unos bajan la producción y otros deben votar productos alimenticios”, dijo Humberto Rivera, miembro del consejo consultivo de la Asociación Nacional de Micro y Pequeña Industria de Honduras (Anmpih).
Rivera le explicó a Diario LA PRENSA que “el año pasado, los emprendedores formales y organizados, si no perdieron, registraron una reducción en el flujo de utilidades. Otros negocios pequeños que no llevan un control administrativo simplemente se vieron en la necesidad de cerrar operaciones”.
La Enee, puesta de rodillas en 2023 por los constantes apagones, tendrá que enfrentar el aumento de la demanda y nuevos apagones con un presupuesto inferior al de 2024, pero esto, según el sindicato de trabajadores de esa empresa estatal, no debe ser causa de preocupación para los hondureños.
Según el decreto legislativo 62-2023 sobre el Presupuesto General de Ingresos y Egresos de la República y sus Disposiciones Generales, publicado en La Gaceta el 18 de enero, a esa empresa le aprobó el Congreso Nacional la suma de L49,299,821,953.
Esa cantidad equivale al 12.11% del presupuesto general que el gobierno ejecutará este año, el cual asciende a L407,137,469,634, unos L14,000 millones más que lo aprobado para en 2023.
El año anterior, a la Enee le asignaron L58,741,917,166, equivalente al 15% del presupuesto general (L392,519,733,991). Con esa suma, acaparó el 91.5% de todo el monto que le aprobaron a las empresas públicas (L64,185,003,755), entre ellas, la ENP, Hondutel, Honducor, Ferrocarril, Banasupro, Sanaa e IHMA.
Miguel Aguilar, presidente del Sindicato de Trabajadores (Stenee), le dijo a LA PRENSA que “no es motivo de preocupación el presupuesto porque el año pasado hicieron las licitaciones de compra de energía que tendrá frutos en 2024”.
“El presupuesto que le asignaron a la Enee es menor que el del año pasado, pero nosotros vemos que en las dos líneas grandes, como las que se marcaron en el presupuestos histórico del año pasado, que es la de inversión, que se ejecutaron (...) 9,800 millones de lempiras en las áreas de generación, transmisión y distribución (7,500 millones de lempiras del Banco Central y 2,000 millones de fondos BID, más fondos nacionales). Invirtieron (...) cerca de 20,000 millones. Algunas inversiones están por ejecutarse en este año”.
Explicó que “si bien es cierto las líneas de inversiones bajan en 2024 (...), es fundamental que el presupuesto que se ha asignado en ese renglón sea totalmente ejecutado porque el sistema de distribución como las otras áreas operativas necesitan grandes inversiones, muchas de ellas estaban postergadas”.
Según él, “en la operación de la estatal baja un poco el presupuesto, pero nosotros creemos que se puede ajustar a la operación que hace la Enee en todo su conjunto: y que lo que tiene la Enee en su facturación pueda mejorar (...) bajo lo que se ha asignado en responsabilidad al Programa Nacional de Reducción de Pérdidas (...), que haga pagar la energía que se ha suministrado y se ha consumido (...) pero no se ha cobrado”.