Con una matrícula superior a los 36,000 estudiantes, las autoridades de Educación aseguran que este año algunas escuelas y colegios de los 360 que tiene Choloma han sufrido una reducción de estudiantes por la migración.
Son cientos de niños hondureños que salen todos los años, algunos con sus padres, otros solos, en busca del sueño americano, y esto ya se ve reflejado en la matrícula de los centros educativos.
El año pasado, la matrícula fue de 36,760 estudiantes, de los que 28,740 fueron la matrícula en instituciones gubernamentales y 8,026 en privados.
Para este año, las autoridades de Educación de Choloma esperan incrementar las cifras; sin embargo, la mayoría de escuelas y colegios tienen múltiples necesidades en infraestructura, logística y maestros.
Los efectos de las inundaciones a causa de las tormentas en noviembre de 2020 aún persisten en algunas escuelas.
Cinthia Pleités, asistente técnico municipal en educación de Choloma, manifestó que los sectores que han reportado bajas en matrículas son en los bajos del municipio y la zona de montaña, en el área privada también han cerrado colegios por baja matrícula.
“Esperamos que la matrícula de este año supere la de 2023, pero lo que está repercutiendo bastante este año es la migración y hay varios centros educativos con baja matrícula por ese tema”, expresó la funcionaria.
Sin servicios
Gloria Fuentes, maestra en el sector montaña, manifestó que en las escuelas de esa zona no todas tienen energía eléctrica. “En las escuelas de las comunidades de La Ceibita, San José, San Isidro hay bastante deficiencia en infraestructura, material didáctico y los padres hacen gran esfuerzo por comprar los útiles escolares de sus hijos”.
En la escuela Éxitos de Anach hay una matrícula de 600 alumnos, requieren al menos 200 pupitres y hay varias necesidades de infraestructura.
En el área de la cancha que está cerca de varias aulas hay que hacer una nivelación y relleno para evitar que el agua se acumule. El mal olor es insoportable y en el agua rezagada hay hasta renacuajos y criaderos de zancudos, el muro también se cayó cuando Eta y Iota.
En la escuela Manuel Bonilla, ubicada en los bajos del municipio, los estudiantes están en peligro porque hay una parte del muro perimetral que está a punto de caerse.
Virgilio Cáceres, director de la escuela Manuel Bonilla, manifestó que “necesitamos mobiliario, como escritorios, archivos, pupitres y terminar de construir el cerco de la escuela”.
