Texas/Tegucigalpa
Desde ayer está restringido de manera temporal el acceso al asilo en la frontera de Estados Unidos con México y se activará cuando el número de cruces irregulares supere una cifra concreta y se pausarán cuando disminuyan.
Aunque no es la primera vez que el Gobierno demócrata impone restricciones para disuadir la migración, la de hoy es la acción más drástica que Joe Biden ha tomado en su Presidencia y hace eco de medidas usadas por el expresidente republicano Donald Trump (2017-2021).
¿Cómo funciona?
Las medidas restringen de manera temporal el acceso al asilo en la frontera sur; se activarán cuando el número de cruces irregulares supere una cifra concreta y se pausarán cuando disminuyan.
Cuando entren en vigor, las medidas permiten que las autoridades deporten a los países de origen o expulsen a México a las personas que crucen de manera irregular, a menos que prueben bajo unos estándares más estrictos que pueden ser perseguidas o torturadas si son expulsadas.
En concreto, las restricciones se activarán cuando se supere un promedio de 2,500 cruces irregulares diarios en la frontera por un periodo de siete días.
La orden entró en vigor ayer martes porque ya se está superando esa cifra de 2,500 detenciones con una media de 4,200 arrestos diarios ocurridos en abril, la última cifra oficial disponible.
La única manera de que se levanten las restricciones es que el número de detenciones baje a un promedio de 1,500 diarios durante 14 días. Esta reducción es complicada de alcanzar, ya que una cifra tan baja de detenciones no se ha reportado desde julio de 2020, en plena pandemia.
“Una vez entre en vigor, esta prohibición podría mantenerse por un largo periodo de tiempo, teniendo en cuenta el alto número de personas que llegan a la frontera sur”, señaló Kennji Kizuka, experto en temas de asilo de la organización International Rescue Committee.
Para poder solicitar asilo en EUA cuando la restricción esté en pie, una persona tiene que probar que existe una “probabilidad razonable” de que será perseguida o torturada si es enviada de vuelta su país de origen.
Según expertos legales consultados por EFE, este estándar es mucho más elevado que el actual y requiere que los personas presenten más pruebas ante las autoridades migratorias en la frontera, que son filtro inicial para iniciar un caso de asilo en EUA.
La orden, sin embargo, contempla excepciones y no aplica a los menores no acompañados, ni a las personas que pueden demostrar una emergencia médica grave, riesgo inminente a su vida o seguridad o que sean víctimas de tráfico humano.
En ese caso, la situación variará dependiendo de su nacionalidad. Aquellos que sean mexicanos o nacionales de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela serán devueltos directamente a México en virtud de acuerdos previos de EUA con las autoridades mexicanas.
Por otro lado, quienes lleguen a la frontera desde otras partes tanto dentro como fuera del continente americano, como Colombia, Ecuador, Honduras, serán expulsados en vuelos de deportación. Además, se seguirán procesando los casos de asilo de las personas que hayan pedido una cita a través de la aplicación móvil CBP One, que ofrece aproximadamente 1,450 citas diarias para pedir asilo.
Reacciones
El canciller Enrique Reina opinó que “Estados Unidos es un Estado soberano y entendemos la crisis que afronta en su frontera. El tema político interno aquí genera mucha presión a la administración Biden en la frontera y cabe mencionar que en lo que va del año 2024 las aprehensiones en la frontera de hondureños han disminuido con relación al año pasado”.
Consideró que esta medida es similar a la que decretó Donald Trump durante su mandato.
“Lamentamos que se endurezca la política migratoria y se tiene que hacer más esfuerzos para combatir conjuntamente las causas reales de la migración”.
Antonio García, vicecanciller de Asuntos Consulares, fue del criterio que “el derecho al asilo no debe de estar supeditado a cuotas de cuántas personas ingresan diariamente, invito a la Agencia de la ONU para los Refugiados a que se pronuncie sobre esta decisión y en qué forma erosiona la institución del asilo”.
La comunidad hondureña en Estados Unidos considera que el presidente Joe Biden cedió a una serie de presiones en vísperas de las elecciones en ese país en noviembre del presente año.
Los miles de migrantes varados en localidades fronterizas mexicanas poco conocen de esta medida. “Que le den una oportunidad a uno (...), uno tiene familia para mantener”, dijo a la AFP el hondureño Miguel Ángel Ramos en Ciudad Juárez, vecina de la estadounidense El Paso.
De enero a abril, 38,747 hondureños llegaron a la frontera.