Tegucigalpa, Honduras.
El Instituto Nacional Agrario (INA) fue condenado a pagar 52 millones de lempiras que podrían aumentar a 83 millones si prosperan los escritos que en su contra se ventilan en los tribunales de justicia.
Las tierras que en su momento fueron propiedad del ciudadano estadounidense, Temístocles Ramírez de Arellano -a quien el Estado de Honduras le pagó unos 20 millones de lempiras en concepto de indemnización en la década de los ochenta- siguen dando de qué hablar.
Ramírez fue despojado de más de cinco mil hectáreas de tierra ubicadas en Trujillo, Colón, por la administración Suazo Córdova (1982/1986) para instalar el Centro Regional de Entrenamiento Militar (Crem), un organismo con patrocinio estadounidense que tenía como fin adiestrar soldados centroamericanos contra la insurgencia.
Ramírez apeló ante la justicia norteamericana y Honduras fue condenada a pagar la millonaria indemnización que le fue retenida de un préstamo de la Agencia para el Desarrollo Internacional.
Una vez culminada la “guerra fría” y desmantelado el Crem, la Procuraduría General de la República traspasó las tierras al INA con fines de reforma agraria. En 1991, mientras era presidente del Congreso el nacionalista Rodolfo Irías Navas, el gobierno de Rafael Leonardo Callejas promovió la Ley de Municipalidades, en la que autorizaba a las alcaldías a vender tierras nacionales a particulares.
Fue así que la alcaldía de Trujillo vendió las 5,724.92 hectáreas -que se supone eran del INA- a la compañía norteamericana Trujillo Bay Property Development, por una cantidad no precisada. La compañía en referencia nunca desarrolló proyectos, según las actuales autoridades del INA.
Al ver la ociosidad de las tierras, los grupos campesinos Nueva Vida y Nueva Generación las ocuparon y pidieron al INA se les titulara el bien inmueble, petición a la que accedió el instituto agrario. La firma estadounidense entabló contra el INA demanda ordinaria de daños y perjuicios por 52 millones más un complemento de 30 millones.
El Instituto Nacional Agrario (INA) fue condenado a pagar 52 millones de lempiras que podrían aumentar a 83 millones si prosperan los escritos que en su contra se ventilan en los tribunales de justicia.
Las tierras que en su momento fueron propiedad del ciudadano estadounidense, Temístocles Ramírez de Arellano -a quien el Estado de Honduras le pagó unos 20 millones de lempiras en concepto de indemnización en la década de los ochenta- siguen dando de qué hablar.
Ramírez fue despojado de más de cinco mil hectáreas de tierra ubicadas en Trujillo, Colón, por la administración Suazo Córdova (1982/1986) para instalar el Centro Regional de Entrenamiento Militar (Crem), un organismo con patrocinio estadounidense que tenía como fin adiestrar soldados centroamericanos contra la insurgencia.
Ramírez apeló ante la justicia norteamericana y Honduras fue condenada a pagar la millonaria indemnización que le fue retenida de un préstamo de la Agencia para el Desarrollo Internacional.
Una vez culminada la “guerra fría” y desmantelado el Crem, la Procuraduría General de la República traspasó las tierras al INA con fines de reforma agraria. En 1991, mientras era presidente del Congreso el nacionalista Rodolfo Irías Navas, el gobierno de Rafael Leonardo Callejas promovió la Ley de Municipalidades, en la que autorizaba a las alcaldías a vender tierras nacionales a particulares.
Fue así que la alcaldía de Trujillo vendió las 5,724.92 hectáreas -que se supone eran del INA- a la compañía norteamericana Trujillo Bay Property Development, por una cantidad no precisada. La compañía en referencia nunca desarrolló proyectos, según las actuales autoridades del INA.
Al ver la ociosidad de las tierras, los grupos campesinos Nueva Vida y Nueva Generación las ocuparon y pidieron al INA se les titulara el bien inmueble, petición a la que accedió el instituto agrario. La firma estadounidense entabló contra el INA demanda ordinaria de daños y perjuicios por 52 millones más un complemento de 30 millones.