22/04/2024
12:22 PM

Hasta unidades de transporte han comprado extorsionadores

  • 26 abril 2016 /

Tegucigalpa, Honduras.

La infiltración es enorme. Los transportistas están siendo víctimas de sus propios compañeros, según información en poder de la Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA), aunque en menor escala.

Por si fuera poco, no solo deben soportar el cobro de la extorsión por parte de la maras y grupos criminales, también de sus colegas que se están lucrando del sucio negocio, como ocurre con policías, militares y funcionarios, según se ha denunciado.

“Los extorsionadores se han organizado, han comprado hasta empresas, como se pudo ver en la operativo Avalancha. Lavan dinero para comprar unidades de transporte y es por eso que sabemos que estamos infiltrados. Sí, hay mareros, pero hay otras personas de alto nivel que están involucradas y por eso no se combate como debería hacerse”, explicó a LA PRENSA un empresario del transporte que por seguridad guarda su identidad. Según la FNA, los transportistas son cómplices en la extorsión en varios casos, lo que vuelve lentas las operaciones.

“Estamos doblegados, se dio el caso de un punto de taxis en la capital que dejó de operar porque pasaban dos hombres en una moto recogiendo la extorsión y a la vuelta de la esquina le entregan el paquete a una patrulla de la Policía Nacional. Este punto ya no existe”, manifestó el empresario.

Foto: La Prensa

Los lugares que identifican los transportistas como pago de la extorsión, la Policía los considera peligrosos.
Puntos de entrega

Un grupo de transportistas que operan en Tegucigalpa y San Pedro Sula identificaron los puntos de entrega de extorsión a los que deben de ir solos, sitios que la Policía conoce y ni siquiera llega, denunciaron.

En Comayagü ela, los puntos de entrega son Las Pavas, colonia 21 de Febrero y en los mercados. En Cortés, la colonia López Arellano en Choloma y el sector de Chamelecón.

“Hace poco me quedé sin trabajo, me sacaron y pusieron uno de la 13 a andar el bus.

El dueño no pudo hacer nada y es que están desconfiando de nosotros porque estamos denunciándolos en la Antiextorsión”, manifestó José, un motorista de 25 años que laboraba en un bus urbano en San Pedro Sula.

Foto: La Prensa