Hace frío, tanto que sus cuerpos empiezan a entumirse. La temperatura desciende más y está a punto de nevar. Pero la necesidad de un trabajo y agenciarse unos dólares es más poderosa. En las afueras de las famosas tiendas 'Home Depot' muchos inmigrantes esperan una oportunidad.
Son hombres que llegan de distintas naciones buscando un mejor futuro, cansados del desempleo en sus países y atraídos por un imán de oportunidades que al final se convierte en una lucha por sobrevivir. En ciudades como Houston, Atlanta y Nueva Orleáns es común ver a grupos de ilegales buscando un trabajo.
Se levantan todos los días antes de las seis de la mañana y se apuestan en las esquinas a esperar que alguien llegue a ofrecerles una 'chamba'.
Entre esos grupos, que se ponen en las esquinas y que son espantados muchas veces por la Policía, hay centenares de hondureños que emigraron de zonas rurales y urbanas buscando un mejor porvenir.
Un éxodo sin precedentes
No importa cómo llegaron, si lo hicieron cruzando la frontera o con visa de turista, lo que interesa es que están viviendo aquí en un ambiente de zozobra por la Migra y con dos grandes barreras: el idioma y la falta de documentación. LA PRENSA realizó un recorrido por esos lugares y comprobó que centenares de catrachos buscan trabajo ubicados debajo de los puentes, en las afueras de las tiendas, sitios que los norteamericanos e hispanos que están en una mejor posición ya tienen identificados.
'Muchas veces nos llevan a trabajar en mudanzas o pintura y al final del día no nos pagan, nos estafan no tenemos con quién quejarnos porque si lo hacemos nos deportan', dice Lorenzo García, un hondureño en Atlanta. Los emigrantes siguen llegando al llamado 'país de las oportunidades', pero muchos desconocen la realidad de nuestros compatriotas allá y lo difícil que es 'hacer dólares'.
La periodista de LA PRENSA conversó con decenas de inmigrantes hondureños que esperaban por un trabajo en las afueras de las tiendas 'Home Depot' en Houston.
Unos 15,600 catrachos salen ilegalmente rumbo al país del norte cada mes.
Dólares por hora
Uno de los mayores problemas para obtener un trabajo estable es el no tener documentos. 'Estamos solos en este país, hasta nuestra gente nos discrimina', dice José Edgar Reyes de la aldea El Marañón en Villanueva, Cortés, al referirse a los consulados hondureños en EUA.
Por ello, cuando los 'levantan' en una esquina en un día de suerte ganan entre 6 y 8 dólares la hora -unos 150 lempiras-, los que tienen más experiencia puede llegar a agenciarse hasta once dólares -unos 220 lempiras- la hora si es en construcción. En Honduras, un jornalero ganaría en una semana lo que allá gana en horas; la cifra deslumbra, pero las cuentas también se pagan en dinero verde.
'El problema es que no siempre tenemos trabajo, cuando hace mucho frío no podemos ir y los gastos siempre están, los 'biles' o recibos siempre salen', comenta Julio Mondragón, un hondureño que vive en Nueva Orleans.
En cada testimonio de los 'mojados' sale a flote el resentimiento contra el gobierno de su país por no permitirles la oportunidad de estar en su tierra, con su gente.
Para los hombres, trabajar como albañiles les proporciona buenas ganancias. Las hondureñas se dedican a limpiar casas, hoteles o son meseras de restaurantes latinos, con ello pagan las cuentas y lo demás lo envían como remesa.
Pero ellas reconocen que la vida cambia y hay que despojarse de muchas cosas para salir adelante.
Lorna Castro, una maestra de educación primaria, originaria de Ocotepeque, confirmó que los sueños se vienen abajo cuando se llega a EUA. 'No es tan difícil cruzar la frontera, pero es un calvario lo que cuesta acomodarse a este tipo de vida'. Ella no se queja de sus ganancias, en Honduras daba clases en una aldea de Ocotepeque y ahora en Nueva Orleáns limpia casas, aspira alfombras, limpia baños y recoge la basura que otros dejan.
Por cada casa le pagan entre 80 y 90 dólares. Si la temporada es buena, limpia hasta tres a la semana ganando unos 270 dólares -cinco mil lempiras. En Honduras, el Gobierno le pagaba esa cantidad al mes.
La olanchana Mirian Amador gana seis dólares la hora en el restaurante donde trabaja, además de las propinas. En su tiempo libre, limpia habitaciones de hotel, donde recibe ocho dólares la hora; con este dinero ayuda a sus ancianos padres en Honduras. Ella aportó una buena cantidad de los 2,561 millones de dólares que se recibieron en remesas en 2007; es el 24% del Producto Interno Bruto del País.
'No podemos quejarnos porque no tenemos papeles, somos indocumentadas y por eso nos miran mal', reconoce Mirian.
El hondureño German Rodríguez tiene un taller de reparación de carros. Allí mismo cuida a su hija porque la madre tiene que salir a trabajar.
5,000 Indocumentados
Deportaron de Estados Unidos, México y Guatemala a Honduras sólo en el mes de enero, según datos proporcionados por el director general de Migración, German Espinal. El sueño americano se vio frustrado.
3,000 Ilegales
La Dirección General de Migración y Extranjería dice que fueron deportados por vía terrestre de tres países, pero la mayoría de Estados Unidos. Más de dos mil fueron repatriados por avión.
21 emigrantes
Hondureños salen cada hora, según registros del Instituto Nacional de Migración de México, el Office of Immigration Statistics en EUA y en cálculos de Finamih, zona rural.
520 hondureños
Viajan a diario sin documentos hacia Estados Unidos en busca de trabajo y se exponen a ser asesinados, violados sexualmente y robados en el camino. Apenas el 10 por ciento logra su propósito.
10,000 hondureños
Según datos oficiales, en Honduras es la cantidad de catrachos que obtienen visa cada año en los consulados estadounidenses para viajar legalmente. En ese mismo tiempo, 40 mil la han solicitado sin éxito.