08/12/2024
02:45 PM

Gabriel Rubí, ahora por caso de percoladoras, es enviado a prisión

Gabriel Rubí, exministro de Copeco, recibió una segunda detención judicial.

Tegucigalpa, Honduras.

Tras la audiencia inicial, un juez especializado en Criminalidad Organizada y Corrupción dictó detención judicial contra Gabriel Rubí, exdirector de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), por su presunta participación en la compra sobrevalorada de percoladoras durante la pandemia de covid-19.

El exfuncionario se presentó a los tribunales a las 7:30 de la mañana, donde fue requerido por el Ministerio Público (MP) en relación a compras de equipos innecesarios y con precios inflados durante la crisis sanitaria que afectó a Honduras desde el 2020. Junto a Rubí, otros exfuncionarios están acusados de fraude y violación a los deberes de los funcionarios.

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Entre los involucrados figuran Gilberto Estévez Martínez, exjefe de compras, y Cristian Elías Santeli Chavarría, exdirector administrativo financiero.

Según el informe del MP, Copeco fue autorizado por el decreto ejecutivo PCM 005-2020 para gestionar recursos durante la pandemia, pero en lugar de adquirir suministros esenciales, compraron productos innecesarios como lavadoras, secadoras, televisores y camas, todos con precios inflados. Estos artículos no contribuyeron a enfrentar la crisis sanitaria que dejó cientos de víctimas.

Además, otros implicados en este caso, acusados de usurpación de funciones y fraude, incluyen a Odalis Jazmín Martínez Maldonado, Junior Alexander Benítez González, Pedro Antonio Núñez, y Mireya Patricia Paz Barahona.

Las investigaciones revelaron que algunos de estos individuos se hacían pasar por funcionarios de Copeco para facilitar negociaciones falsas con una empresa distribuidora de productos, aparentando transacciones legítimas.

Según el informe, los acusados utilizaban empresas de fachada para facturar las compras, inicialmente por un monto de siete millones de lempiras.

Posteriormente, estas empresas, en complicidad con Copeco, inflaron los precios de los productos hasta alcanzar los 12 millones de lempiras, generando una diferencia de más de cinco millones entre el costo real y el monto final pagado.