Cuando llegó a su taller no podía creerlo, el techo estaba derribado y había caído sobre dos carros de sus clientes: un Lincol y un Nissan Sentra.
Óscar Navas, propietario del taller de alineamiento y Balanceo B y N, no salía de su asombro. Su mayor preocupación era evidente por las pérdidas que le dejó la tormenta que cayó el domingo sobre San Pedro Sula.
Las columnas de hierro que sostenían el techo estaban torcidas. “El aire se embolsó” y se formó un torbellino que le derribó la galera donde funciona su taller.
Esa tormenta también dejó oficinas y calles inundadas, techos, árboles y rótulos caídos. Los empleados de varias oficinas, como la de Migración y Extranjería, se dedicaron a sacar agua de sus edificios. Es la segunda vez en un mes que las oficinas de Migración se inundan, informaron los empleados.
El dueño del edifico expresó que fue un canal que se llenó de basura lo cual hizo que el agua se introdujera en el edificio.
También en las nuevas oficinas del Registro Nacional de las Personas, RNP, una gotera mojó los libros de registro de actas de defunciones y de matrimonios.
Los empleados estaban preocupados porque algunos de los libros estaban completamente dañados. El registrador Luis Estrada dijo que desconocían la existencia del agujero por donde penetró el agua. Los conductores de nuevo tuvieron problemas por los semáforos desprogramados y ramas de árboles en las calles.
Las consecuencias
Inundaciones
Si los pobladores no limpian los drenajes y desagües y arrojan basura, los problemas serán mayores.
Caída de techos
Deben revisar los techos de sus casas y galeras para afianzarlos y volverlos más resistentes.
Caída de ramas
Los árboles que tengan follaje demasiado grande deben ser podados con el permiso de Dima.