Para los expertos en temas de narcotráfico, todo indica que la justicia de Estados Unidos solicitará al menos cadena perpetua para el exmandatario Juan Orlando Hernández, tomando como base todo los testimonios de los juicios de narcotraficantes confesos que lo mencionaron en sus juicios.
También podrían aparecer otros testigos que certifiquen y confirmen las declaraciones de los capos hondureños que han hecho acuerdos con la justicia norteamericana.
Mientras el expresidente estaba al frente del gobierno de Honduras, la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York trabajaba en conformar un amplio expediente, basado en testimonios de sus informantes y colaboradores.
También recabando pruebas como fotografías con los narcotraficantes, de las armas grabadas con su nombre y registros telefónicos y las narcolibretas.
Testimonios de narcos
Entre los testimonios que hay contra Hernández, está el de Víctor Hugo Díaz Morales, alias el Rojo. Él fue de los primeros narcotraficantes en revelar que en 2005, cuando Hernández era diputado al Congreso Nacional y buscaba la reelección en el cargo, aceptó aproximadamente 40,000 dólares como soborno.
Otro de los capos de la estructura ligada al exmandatario apresado, según los testimonios, estaba Amílcar Alexander Ardón Soriano, alias Chande, quien era alcalde del municipio de El Paraíso, Copán.
Chande declaró ante el jurado en Nueva York haber sobornado a Hernández y a Lobo Sosa con 2,000,000 de dólares de ganancias del narcotráfico para que el primero lograra ser presidente del Congreso y el segundo ocupara la presidencia de la República.
Ardón expuso que con ese dinero lograron traficar droga con la protección del gobierno y en alianza con Juan Antonio Tony Hernández. Ardón también fue testigo de la negociación cuando Joaquín el Chapo Guzmán le mandó un millón de dólares a Hernández a cambio de protección del cartel de Sinaloa.
Geovanny Fuentes Ramírez, más conocido como “Fuentes Ramírez”, un violento narcotraficante hondureño que operaba laboratorios de cocaína en Honduras, se asoció con Hernández entre los años 2013 y 2014, cuando fue electo presidente.
En varias reuniones, declaró Fuentes Ramírez, que proporcionó a Hernández aproximadamente 25,000 dólares a cambio de protección y Hernández le dijo que quería tener acceso a un laboratorio de cocaína debido a su proximidad a un puerto en Honduras.
Por su parte, el exjefe del cartel de Los Cachiros, Devis Leonel Rivera Maradiaga, testificó que pagó un soborno de 250,000 dólares al expresidente de Honduras, y que le aclaró que su organización no tenía intencionales de asesinarlo.
