Tegucigalpa. Suyapa Zerón no para de llorar: “No sean injustos, tráigannos la niña, por favor no sean injustos, Dios apiádate de mi familia, por favor”.
Con notable ternura, un hombre de avanzada edad comenzó a brindar pequeñas caricias con su mano sobre la cabeza de la desconsolada mujer con los que logró por unos instantes apaciguar el dolor. “Ella es mi muchacha mayor”, explicaba don José Vicente Zerón, bisabuelo de la menor raptada.
Él llegó a consolar a su hija Suyapa, quien es madre de Evelyn, la madre que hoy llora con amargura que dos personas disfrazadas de médicos le hayan arrebatado a su bebé recién nacida en el Hospital Escuela.
“Desde que supo de la noticia ha estado descontrolada, la verdad toda la familia ha estado mal, nosotros lo que queremos es que le devuelvan la niña a mi nieta, la niñita es mi bisnieta”, agregó el anciano.
José no se explica quién pudo cometer este acto delictivo contra su nieta Evelin Jazmín Zerón Bonilla y el esposo de esta, Carlos Cruz, quienes con mucho anhelo esperaban la llegada de su cuarta menor. “Solo Dios sabe qué fue lo que pasó, nosotros no tenemos enemistades, yo tengo 71 años, no tengo ningún enemigo, ni mi familia, pueden preguntar, hemos sido siempre bien decentes”, indicó don José.
“Ellos son casados, son cristianos, no entendemos por qué nos están haciendo esto”, expresó antes de romper en llanto.
“No saben el daño que nos están haciendo, tráigannos a la niña”, suplicó en medio del llanto. Suyapa imploraba por una respuesta. “Yo les digo que devuelvan a la niña, nosotros no les vamos a hacer nada, somos gente de bien, nosotros no le debemos nada a nadie, Dios sabe, hay Dios, que el que tenga la traiga, que miren nuestro dolor, no es justo que nos vayamos con las manos vacías”, expresó desconsolada.
Protesta
A pocos metros de doña Suyapa y don José, un pequeño grupo de personas protestaban con pancartas en las afueras del portón número 1 del hospital. Sus voces también se confundían entre el llanto, la indignación y su petición de hacer justicia.
“Queremos una solución a esta tragedia que está pasando esta familia, exigimos un alto al rapto de menores”, decía uno de los rótulos que portaba una de las mujeres que integraban el grupo de conocidos, amigos y familiares de la pareja afectada.
“No jueguen con el dolor de una madre, de un padre, de una familia”, agregaba otro de los carteles.
“Los doctores nos dijeron que ya la dieron de alta, que ya no la pueden tener en el hospital porque la gente de acá, el director no deja que se esté más, y dijeron que por eso ella no podía estar más acá”, explicó Carlos Cruz, padre de la menor raptada.
“Yo lo que pido es que ponga la cara alguien del hospital, no pone la cara nadie, las autoridades no dicen nada, yo le pido a la rectora que haga algo, ella sabe lo que es perder un hijo, ella sabe el dolor que ahora sentimos mi esposa y yo”, expresó Carlos con notable decepción.