Después de meses de buen mercadeo y elevadas protestas, mañana se estrena en Honduras y gran parte del mundo “El Código Da Vinci”, una producción de Hollywood basada en el polémico y súper vendido libro del estadounidense Dan Brown.
La cinta mantiene a millones de personas a la expectativa.
El público la aclama, mientras la Iglesia Católica la censura.
Ayer, la controvertida cinta opacó a las más rutilantes estrellas de Hollywood en la apertura del 59 Festival de Cannes, en Francia.
Los únicos buscados por el lente de las cámaras eran los intérpretes del filme: Tom Hanks, Audrey Tautou, Ian McKellen, Alfred Molina, Jean Reno y Paul Bettany.
La historia, que dura dos horas y media, se basa en un experto en simbolismos religiosos que en poco más de una noche logra resolver un misterio de hace dos milenios, mientras huye para salvar su vida de una muchedumbre de conspiradores, de París a la campiña francesa y de allí a Londres y de vuelta a París.
En la trama, Brown asegura que Jesucristo tuvo descendencia con María Magdalena y es allí donde la ficción choca con la realidad y se desata la batalla con el Vaticano.
Organizaciones religiosas que están contra la película consideran que la obra intenta destruir los sentimientos y la fe y pidieron no verla porque es “una blasfemia y una asquerosidad”.
Locura mundial
La empresa de distribución de películas griegas Prooptiki había vendido hasta ayer 100 mil entradas de la película en Grecia, mientras organizaciones religiosas pidieron a la justicia prohibir su emisión.
Representantes de la empresa declararon ante el tribunal que se trata de una ficción y no de un documental y que, por consiguiente, no insulta los sentimientos de los ciudadanos.
Al final, la exhibirán.
En India, el gobierno ha decidido retrasar su estreno por las protestas de grupos católicos y musulmanes.
Varias monjas católicas han iniciado una huelga de hambre en Bombay para mostrar su oposición al filme de Ron Howard.
En Corea del Sur, donde hay cerca de 18 millones de cristianos, la cuestión ha llegado a los tribunales, que han optado por no prohibir la cinta al considerarla ficción, mientras 60 grupos
cristianos han anunciado que boicotearán las proyecciones.
En Tailandia, grupos religiosos han exigido al gobierno que corte al menos 15 minutos de la película, al considerarlos “blasfemos”.
En Filipinas ha sido clasificada como un filme para adultos, al igual que en Singapur.
En Gran Bretaña, varios representantes de la Iglesia Católica han pedido que la proyección del filme vaya acompañada por una “advertencia para la salud” de los espectadores por su carácter “equívoco y mentiroso”.
En Rusia, la polémica ha sido comparada por la prensa de Moscú con un símbolo de la “lucha entre religión y arte”.
Millones y millones
La esperada cinta costó 125 millones de dólares y aunque los críticos de Hollywood calificaron de “pesada y siniestra” la adaptación de Cannes, tiene un público potencial de 160 millones de personas -quienes leyeron el libro.
Los comentarios en Estados Unidos han sido duros; sin embargo, el crítico de Variety, considerada la biblia de la industria del entretenimiento de Hollywood, augura que “la gran expectativa del público en el mundo entero provocará resultados explosivos en la taquilla”, que “es imposible creer que si el libro no hubiera existido, un guión como éste hubiera sido examinado por un estudio hollywoodense”.
“El Código Da Vinci” fue proyectado en primicia mundial el martes por la noche, en el Festival de Cannes, ante dos mil periodistas, de los cuales una mayoría se quedó fría, algunos confesaron que se durmieron y otros silbaron o murieron de risa al ver escenas supuestamente impactantes.
“No gasten su dinero en una película sin credibilidad”: Iglesias
Representan-tes de las iglesias Católica y Evangélica expresaron ayer su rechazo a la película “El Código Da Vinci” por considerar que, al igual que la novela en que tiene su origen, carece de credibilidad.
Manuel de Jesús MoraRepresentante de los medios de comunicación de la Iglesia Católica.
En un comunicado, la Asieca indicó que la obra literaria “es una novela muy bien publicitada mediante un libro y una película que “carece de toda credibilidad y concordancia con la Biblia”.
Es una novela con “errores históricos, por lo cual es un error lamentable considerarla como algo más que una novela de ficción”.
Las iglesias evangélicas no llaman a la población a evitar leer la novela o ver la película, que se exhibirá el viernes 19 de mayo en las salas de cine de este país centroamericano.
Además, expusieron que “El evangelio prohibido de Judas”, hecho público por National Geographic Channel en abril pasado, “no tiene ninguna relevancia cristiana ni autoridad sagrada y por lo tanto no es palabra de Dios revelada a los hombres”.
Estos acontecimientos son parte de una “embestida de fuerzas oscuras y sistemas cegados por la avaricia del comercio en contra de la palabra de Dios y las bases donde descansa la sana doctrina”, según las iglesias evangélicas centroamericanas.
El sacerdote Manuel de Jesús Mora, representante de los medios de comunicación de la Iglesia Católica, recomendó a los hondureños que “no gasten su dinero” en una película que no tiene credibilidad.
Agregó que la producción es un negocio que le está generando millones de dólares a unos pocos. Mora dijo que la Iglesia Católica ha aprovechado la difusión de la película y la novela “El Código Da Vinci” para evangelizar más a la humanidad y demostrar el verdadero valor y sentido de Dios.
Los espacios de los medios de la iglesia, como una radio, un canal de televisión y el semanario Fides, son aprovechados en la misión evangelizadora en Honduras, agregó el religioso.
Los protagonistas de la película fueron las estrellas.
“El Código Da Vinci” es una película “de ficción” y de “distracción”, pero también puede “estimular la imaginación y provocar el debate” y “eso es positivo”, afirmó el miércoles en Cannes su director Ron Howard.
El realizador y la mayoría de sus actores, entre ellos Tom Hanks, insistieron en la misma idea de que la película es un entretenimiento, pero que la discusión es positiva y que corresponde a los “espectadores llegar a sus propias conclusiones”.
“Lo que importa es lo que el espectador piense”. La vida está llena de misterios y lo positivo son “nuestra curiosidad y nuestras ganas de explorar”.
El actor Tom Hanks, que encabeza el reparto junto con la francesa Audrey Tautou, insistió también en la condición de película de ficción de “El Código Da Vinci”.
“Como espectador, aprecio dos cosas de una película: que me guste e interese y que pueda hablar de ella, discutir al respecto, después”, dijo.
“Pienso que esta película es una ficción emocionante”, pero “no cambiará la concepción que cada persona tenga del tema”, agregó.
Al preguntarle si cree que Jesús estaba casado con María Magdalena, el actor norteamericano respondió: “No sé, yo no estaba allí”. Dan Brown, autor del libro, no asistió a la conferencia.
