Estados Unidos aún no decide si restablece la ayuda suspendida a Honduras tras la asunción de Porfirio Lobo, aunque el nuevo mandatario parece ir 'en la dirección correcta', afirmó este miércoles el responsable de la diplomacia para América Latina, Arturo Valenzuela.
'No hemos tomado ninguna decisión todavía', dijo Valenzuela a periodistas en teleconferencia desde Tegucigalpa, donde este miércoles encabezó la delegación estadounidense que asistió a la toma de poder de Lobo.
'El nuevo presidente de Honduras está llevando al país en la dirección correcta', dijo Valenzuela, al destacar que en su primer discurso Lobo habló de la necesidad de la conciliación nacional y de establecer una comisión de la verdad.
Valenzuela insistió en que Washington considera que un gobierno de unidad y la comisión de la verdad son 'elementos esenciales' para que se restaure en Honduras el orden democrático, roto por la destitución de Manuel Zelaya el 28 de junio.
El secretario de Estado adjunto para América Latina dijo que sostuvo una 'reunión cordial' el martes con Zelaya, quien salió este miércoles hacia el exilio en República Dominicana luego de que Lobo le extendiera un permiso para abandonar la embajada de Brasil donde se refugió por más de cuatro meses.
'Revisamos algunos de los retos que deberá enfrentar Honduras para avanzar', dijo Valenzuela sobre la reunión con Zelaya.
Estados Unidos suspendió su importante ayuda económica y la entrega de visas a Honduras como medidas de presión para forzar un acuerdo entre Zelaya y el Gobierno de Roberto Micheletti. Pero en contracorriente con la mayor parte de los países del continente, Estados Unidos reconoció las elecciones de noviembre pasado y al candidato electo, Lobo.
'Estaremos evaluando los eventos, pero las cosas parecen moverse en la dirección correcta', insistió Valenzuela con respecto a restablecer la ayuda a Honduras, uno de los países más pobres el continente. Por otro lado, Valenzuela describió un ambiente 'de mucho entusiasmo' y 'tranquilidad' en Tegucigalpa durante la toma de posesión de Lobo.
EUA reitera apoyo para superar la crisis
Estados Unidos felicitó hoy al nuevo presidente de Honduras, Porfirio Lobo, tras su investidura, y reiteró su compromiso de trabajar con su Gobierno para superar la crisis política en el país centroamericano.
'Felicitamos al presidente Lobo en su investidura y esperamos trabajar con su Administración para ayudar a Honduras a sanarse de esta crisis política', dijo a Efe un portavoz del Departamento de Estado, Charles Luoma-Overstreet.
Lobo, de 62 años, asumió hoy el cargo en una prolongada ceremonia con escasa presencia internacional, mientras el depuesto presidente Manuel Zelaya, derrocado en junio de 2009, tiene previsto viajar hoy a la República Dominicana en calidad de 'invitado distinguido'.
El portavoz del Departamento de Estado dijo que EUA reconoce que aún hay trabajo por hacer 'para promover la reconciliación nacional y mejorar la situación de derechos humanos en Honduras', tras la crisis desatada por la destitución de Zelaya el 28 de junio de 2009.
Estados Unidos considera que la declaración de Lobo sobre la formación de un Gabinete presidencial que refleje todo el espectro político en ese país 'es un paso importante en esta dirección', agregó Luoma-Overstreet.
Asimismo, el Gobierno de Washington apoya las declaraciones de Lobo sobre 'el establecimiento expedito de una Comisión de la Verdad para esclarecer los eventos en torno al golpe' de Estado, enfatizó el portavoz.
El destitución de Zelaya fue condenada enérgicamente por la comunidad internacional y el presidente de EUA, Barack Obama, lo catalogó como un revés para la democracia.
En ese sentido, el Gobierno de Washington respaldó las negociaciones que se prolongaron durante meses para tratar de resolver la crisis política en Honduras.
Varios expertos aseguran que ahora Estados Unidos debe presionar al Gobierno de Lobo para que cumpla con sus compromisos y agilice el restablecimiento de la democracia en ese país.
Lobo asume el poder tras ganar las elecciones del pasado 29 de noviembre, a las que la mayor parte de la comunidad internacional dio la espalda por considerar que se desarrollaron en un marco de ruptura constitucional por el golpe de Estado contra Zelaya y sin las garantías de transparencia necesarias.