17/06/2025
11:44 PM

'En muchas dependencias hay demasiado personal”

Ordenar. Ésa es la palabra clave en la agenda de la ministra de la Presidencia, María Antonieta Guillén de Bográn.

    Ordenar. Ésa es la palabra clave en la agenda de la ministra de la Presidencia, María Antonieta Guillén de Bográn. Ella tiene claras sus líneas de trabajo para darle respuestas al único con quien dice tener compromiso: el pueblo. La “mano derecha” del presidente Lobo le abrió las puertas de su casa a LA PRENSA y compartió sus planes inmediatos que ejecutará desde Casa Presidencial.

    ¿Cómo llega a formar parte de la fórmula presidencial de Porfirio Lobo?

    A raíz de la organización de la campaña interna sobre su visión de cómo articular el futuro de su campaña. Me explicó el plan, la educación es uno de los ejes. Por mi trabajo de aproximadamente diez años en la fundación Ricardo Maduro Andrews, Ferema, había visto el trabajo y pensó en mí, ya que deseaba darles el espacio a mujeres que tuvieran experiencia en trabajo social práctico, con gente menos de escritorio. Lo tuve que pensar bien, surgió intempestivamente, no estaba en sus planes ni en los míos. Lo hablé con mi familia y pensé que era la oportunidad para accionar de una forma práctica en diferentes problemas y asumí el reto.

    En un principio era candidata a la Vicepresidencia, ¿la desanimó el cambio en la fórmula a designada presidencial?

    No. Ya prácticamente habíamos cumplido todo el trabajo de campaña interna, y cuando eso surge yo estaba tan compenetrada de mi visión, el trabajo con la gente y todo lo que se podía hacer. En Honduras hay tanto que hacer, que incorporar dos personas al equipo habiendo tanto trabajo no siento que afecte; es más, con los designados tenemos mucha armonía y hacemos un buen equipo de trabajo.

    ¿Cuál es su visión?

    No me voy a apartar de centrarme en las prioridades de la organización del Gobierno, no alejarse de los principios con los cuales llegamos, ser efectivos y eficientes. Mi compromiso particular con el presidente Porfirio Lobo es colaborarle para que las cosas pasen, si definimos cinco o diez prioridades, hacer que los programas y proyectos se conviertan en realidad. Ayudarle en la gestión y a impulsar los proyectos. Por mi trabajo anterior me inclino mucho por el área social; pero igualmente estoy en la disposición de apoyarlo en todo lo que sea necesario.

    ¿Qué hará de diferente María Antonieta de Bográn a los anteriores ministros de la Presidencia para que su gestión trascienda de Casa Presidencial?

    Ésa es mi mayor aspiración y no por un ego personal. Si el pueblo ha creído en lo que hemos propuesto, trascender significa cumplirles. Si eso es trascender, pues yo sí aspiro a ello. Yo he tenido muy bien concebido que cuando uno llega a un lugar, la actitud, el compromiso y la voluntad es lo que hace mucho del puesto, no el título que ostente, sino ponerle compromiso y corazón a lo que uno va a hacer.

    ¿Ha tenido ya alguna desilusión ahora que está en la política?

    Fíjese que no. Es un ambiente diverso, a veces incomprensible y complicado porque hay tantas maneras de pensar con las que se tiene que conciliar que a mí me ha dejado una lección de vida. Es la oportunidad de relacionarse con tanta gente de diferentes niveles económicos, sociales e intelectuales; entonces uno forma su mundo, su entorno de lo que considera importante. Por donde uno va pasando tiene que sacar una enseñanza de vida, no me ha decepcionado. No todo es color de rosa, a veces hay intereses. En eso un buen maestro es el presidente Lobo, que con tiempo y paciencia analiza los temas y aborda los problemas en su justa dimensión.

    ¿Cómo ha cambiado su agenda después del 29 de noviembre?

    Es doblemente apretada. Yo pensaba que la campaña minaba todo el tiempo, pero no. La campaña llena un 80% del tiempo; todo este proceso de transición para mí es una nueva experiencia. Tendré que explicarle cómo lo valoro una vez que el Gobierno esté en marcha; ahora el 95% del tiempo lo ocupo en esto.

    Me da pena que me dicen: “ya no contesta su teléfono celular” “ya ganaron y no contesta”... no se trata de eso, pero a veces no hay capacidad humana para atender tantas llamadas en corto tiempo. Tengo que prestarle atención a la gente con la que trabajo, yo aspiro a que tengamos la oportunidad de poder atenderles por teléfono porque la gente se lo merece y hay que corresponder a las diferentes demandas. Hay que buscar un esquema para poderlos atender.

    ¿Le han pedido favores “políticos” que su moral no le permite dar?

    No. Y espero que no. Lo importante son nuestros principios y yo creo que si uno actúa con base en ello no se va a ver en una situación complicada. Complicado es cuando uno no tiene los principios y la entereza de decir no, si los tiene dice “no” y enfrenta las consecuencias.

    Usted recibió los informes de cómo queda el país. ¿Qué es lo que más la sorprendió?

    Se sabía desde la campaña cuál era la situación. Algo que es interesante y en lo que los hondureños como tal debemos reflexionar es cómo hacer que las instituciones correspondan a dar las soluciones con trabajo efectivo, y no sólo sean instancias donde la gente está y no se hace una evaluación por resultados. En algunos casos he visto cosos buenas, pero en unas -dependencias- he visto cómo hay una gran cantidad de personal, cuando usted se pregunta cuáles resultados directos puede evidenciar son pocos. Lo que sí me dio un punto de reflexión para tomar en serio las cosas es la situación económica, es muy delicada. Estamos en una etapa cuando los organismos internacionales tienen en suspenso el apoyo, hay que buscar los espacios para abrir las puertas otra vez. Tampoco nos podemos sentar a la mitad, si uno es serio y participó en la política es para buscar soluciones y satisfacer en la mayor medida las aspiraciones nacionales.

    ¿Qué correcciones inmediatas se deben hacer?

    Hay una dualidad de funciones que si uno lo contrasta con el proyecto del Plan de Nación se ve que es tan necesario ordenar y que los proyectos se enmarquen con objetivos que representen políticas de Estado. Sino cada instancia, cada Ministerio, tiene un abanico de proyectos, pero al final quién le asegura que eso sume. Por ejemplo, tenemos que definir criterios para otorgar títulos de tierras, de propiedad. Existen el Instituto de la Propiedad y el INA. Tenemos que ver cómo armonizamos esas acciones o las actividades. En algo que se tiene que tomar una decisión es que el Estado no puede gastar más de lo que genera o producen los impuestos.

    No se trata de imponer otro paquete, pero sí ser más eficientes en la recaudación fiscal y quienes tienen deben pagar impuestos y no pagan, buscar los mecanismos para que sean pagados. Las exoneraciones habrá que revisarlas. Vivimos situaciones donde yo creo que dentro de las circunstancias actuales, ver cuáles privilegios existen y ponerlos en su justa dimensión y medida.

    No se trata de des estimular actividades productivas, al contrario, debemos ser más competitivos para tener la competitividad en el mercado, pero sí hacer un ordenamiento.