21/04/2024
11:02 PM

El 80% de las muertes del corazón pueden evitarse

San Pedro Sula, Honduras.

Las enfermedades cardiovasculares (ECV), causa de muerte de más de 15,000 hondureños cada año, llevarán un 30% más de víctimas a los cementerios si, desde ya, las autoridades de Salud, y los ciudadanos no intensifican las medidas para reducir los factores de riesgo.

Cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) estiman que en Honduras fallecen prematuramente alrededor de 189 personas por cada 100,000 habitantes por enfermedades cardiovasculares, lo cual implica el deceso de 15,120 personas cada año, aproximadamente.

Los hospitales de Honduras, según Mauricio Varela, presidente de la Asociación Hondureña de Cardiología (AHC), observan que las ECV ocupan el primer lugar en mórbida y en la mortalidad.

Alcohol
En Honduras hay un consumo de 4 litros de alcohol puro por persona, de acuerdo con la OMS
“En la emergencia de adultos del Hospital Escuela (Tegucigalpa), las enfermedades cardiovasculares, como la hipertensión, angina, eventos vasculares cerebrales y otras, son la principal causa de mórbida en el adulto mayor”, ejemplificó Varela durante una entrevista telefónica con LA PRENSA.

Varela coincide con las advertencias que han hecho organizaciones internacionales sobre lo que podría suceder en la próxima década si las personas no cambian ciertas conductas. “Actualmente mueren cerca de 18 millones, y esa cifra podría llegar a 30 millones en la próxima década . Estas enfermedades son las que tienen una alta incidencia y prevalencia en los países en desarrollo como el nuestro”, dijo.

De acuerdo con la Federación Mundial del Corazón, “las ECV, grupo que incluye la enfermedad cardíaca y la apoplejía, son la principal causa de muerte a nivel mundial y cobran la vida de más de 17 millones de personas cada año. Sin embargo, como mínimo, el 80% de las muertes prematuras por ECV podrían prevenirse”.

El cardiólogo Nery E. Linarez cuando le colocaba un marcapasos a un paciente en Choluteca.

El cardiólogo Nery E. Linarez cuando le colocaba un marcapasos a un paciente en Choluteca.
En la última década, en la región de América Latina y el Caribe, donde se encuentra Honduras, las muertes originadas por las ECV incrementaron 22% en la población femenina y 24% en la población masculina. Nery E. Linarez Ochoa, especialista en medicina interna y cardiología y expresidente de la AHC, plantea que, como en todos los países, el número de pacientes ha crecido a causa de factores relacionados con la adopción de nuevos estilos de vida.

“Los factores de riesgos son diversos: fumar, beber, la obesidad y la diabetes. La vida sedentaria, la falta de ejercicio, es una de las causas más importantes”, manifestó Linarez Ochoa. Los especialistas les recominedan a los hondureños del sexo masculino, mayores de 40 años, “hacer más ejercicio”, dado a que son más proclives a padecer ECV, igualmente a las mujeres adultas. “Las mujeres, después de la menopausia, corren riesgo porque pierden la protección del estrógeno”, explicó Ochoa. Igualmente, “las personas de la raza negra tienen más riesgo. Para ellas existen tratamientos especiales”.

Otras causas

Este especialista, con el apoyo de Canadá, ha colocado unos 18 marcapasos en los últimos dos años en el Hospital Regional del Sur.

A diferencia de los otros centros hospitalarios, este, con sede en Choluteca, ha registrado que el mal de Chagas es el causante del 30% de los pacientes con enfermedades cardiovasculares procedentes de diferentes comunidades del sur.

El mal de Chagas es transmitido por insectos de la subfamilia Triatominae (chinches). Estos son portadores de un parásito que causa esa enfermedad llamada científicamente Trypanosoma cruzi.

Tanto Varela como Linarez Ochoa convergen en que en Honduras se está volviendo común el padecimiento del síndrome metabólico (que se caracteriza visiblemente por el aumento de peso), cuyo cuadro clínico incluye un aumento en los niveles de triglicéridos y colesterol.

Este síndrome, que afecta a la población infantil y adolescentes debido a una mala alimentación, causa diabetes e hipertensión.

En ciertos pacientes hay una predisposición por razones hereditarias, como le sucedió a Bertha Pineda, una capitalina de 60 años que durante más de 10 años ha llevado un marcapasos conectado a su corazón.

“Desde niña he padecido del corazón; mis padres murieron del corazón. He tenido arritmia, mi corazón se pone lento o se acelera, por eso tengo un marcapasos”, expresó Pineda, quien le aconseja a todos los hondureños “hacer ejercicio y evitar subir de peso”.

Prevenir

Cardiólogos consultados por LA PRENSA estiman que la prevención evitará que los hondureños fallezcan por las enfermedades cardiovasculares o recurran a cirugías de corazón que resultan de alto riesgo y representan un alto costo económico.

Hasta ahora, los cardiólogos son escasos en el país y el 90% de ellos está concentrado en San Pedro Sula y Tegucigalpa. Además, no todos los hospitales cuentan con tecnología. Específicamente, los públicos tienen algunas limitaciones.

El Gobierno, que promueve el programa Honduras Actívate para motivar a los ciudadanos a practicar ejercicio, debe cumplir con compromisos internacionales para mermar la mórbida y mortalidad prematura por las ECV.

Honduras es suscriptor de la Declaración Política sobre las Enfermedades no Transmisibles aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2011, por ese motivo las autoridades gubernamentales están obligadas a tomar medidas a fin de minimizar los factores de riesgo.

Desde 2012, la Federación Mundial del Corazón promueve el plan 25X25 para reducir las ECV en el mundo.

Foto: La Prensa