El Gobierno de Ecuador declaró el estado de excepción ante la sublevación de unidades policiales en Quito y otras partes del país luego de una disputa salarial.
Elementos de la Policía ecuatoriana se tomaron ayer los cuarteles policiales en Quito y varias ciudades del país en rechazo al veto presidencial a la Ley de Servicio Público, la cual elimina una serie de beneficios que venían recibiendo los miembros de las fuerzas del orden.
Correa fue atacado con bombas lacrimógenas. La protesta policial generó un ambiente de caos en diversos sectores del país, en especial en Quito, adonde el aeropuerto fue cerrado y horas más tarde fue reabierto.
La seguridad del presidente de Ecuador, Rafael Correa, estuvo en riesgo la mañana de ayer cuando el mandatario confrontó a centenares de efectivos policiales que desde tempranas horas habían tomado las instalaciones del Regimiento Quito, un cuartel policial de la capital.
El jefe de Estado acudió al Regimiento Quito en compañía del ministro del Interior, Gustavo Jalkh, y desde la ventana de un edificio del lugar confrontó a los policías enardecidos al explicar las razones de su veto.
Agredido
El Presidente ecuatoriano dijo que necesitó tratamiento médico y acusó a los agentes de conspiración y traición. “Antes ganaban sueldos de miseria”, dijo Correa en medio de los gritos de los policías, y añadió: “Se están eliminando todas las canonjías, canastas navideñas, bonos adicionales, seguros de salud privados. La política es tratar de maximizar los sueldos, y de esa forma todos puedan dignamente adquirir los servicios que necesitan”.
La discusión subió de tono cuando el mandatario señaló: “Señores, si quieren matar al Presidente, aquí está, mátenlo, pero seguiremos con una sola política de justicia, de equidad (…). Si quieren destruir la Patria, destrúyanla, aquí está, pero este Presidente no dará ni un paso atrás”. Correa salió caminando del recinto policial y mientras se dirigía al vehículo presidencial bombas lacrimógenas fueron lanzadas muy cerca del lugar por donde caminaba el mandatario. En una entrevista posterior con medios locales dijo que necesitó tratamiento médico y acusó a los agentes de conspiración y traición.
Después de esto, los dirigentes de la Policía señalaron que buscan el diálogo con el Gobierno. “Estamos pidiendo que se nos respeten nuestras condecoraciones, y nuestros ascensos. No estamos en contra del señor Presidente, le pedimos que se deroguen las disposiciones de la Ley de Servicio Público que elimina las condecoraciones por el tiempo de servicio público”, dijo al mediodía de ayer jueves el jefe de Estado Mayor de la Policía, Florencio Ruiz.
“Muerte cruzada”
Mientras las protestas policiales, y de diversos grupos sociales se extendían en Quito, Guayaquil, Cuenca, Ibarra, y otras ciudades, el presidente Correa analizaba la posibilidad de aplicar la denominada “muerte cruzada”, un mecanismo constitucional que lo faculta para disolver la Asamblea Nacional y convocar a elecciones generales anticipadas.
Así lo afirmó la ministra de la Política, Doris Solís, tras una reunión efectuada el miércoles con el primer mandatario para discutir la posición adoptada por una parte del bloque oficialista en la Asamblea Nacional, el cual decidió sumarse a la oposición en el rechazo a varios artículos del veto presidencial a la Ley de Servicio Público.
“La muerte cruzada es una de las posibilidades, nosotros estamos en un proyecto de cambio, necesitamos construir leyes de consenso”, dijo Solís, al calificar de “inconsecuencia” la actitud asumida en la Asamblea por un sector del oficialista Alianza País.
La Constitución ecuatoriana señala que el presidente de la República “podrá disolver la Asamblea Nacional cuando, a su juicio, ésta se hubiera arrogado funciones que no le competan constitucionalmente, previo dictamen favorable de la Corte Constitucional; o si de forma reiterada e injustificada obstruye la ejecución del Plan Nacional de Desarrollo, o por grave crisis política y conmoción interna”.
El mandatario puede aplicar la “muerte cruzada” sólo una vez en los tres primeros años de su mandato. “La muerte cruzada no es el escenario que nadie quisiera, pero es una posibilidad cuando no hay condiciones para ir a un proceso de cambio”, insistió Solís. Entre tanto, el bloque parlamentario de Pachakutik, brazo político de las organizaciones indígenas, demandó la renuncia del presidente Correa y llamó a los sectores sociales a conformar un frente de unidad nacional.
Aislado
El presidente Rafael Correa denunció en horas de la tarde-noche que permanecía secuestrado en un hospital luego de sufrir una agresión de policías insubordinados que mantenían tomado el principal cuartel policial de Quito y protagonizaban protestas que dejaron un muerto y numerosos heridos por chocar con simpatizantes del gobernante que exigían su liberación.
El Hospital de la Policía, donde el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, estuvo retenido, fue sitiado por simpatizantes del Gobierno y agentes sublevados, que intentaban detener el avance de la población.
En horas de la noche, cientos de militares se enfrentaron a tiros con policías sublevados que rodeaban un hospital adonde el presidente Correa permanecía internado.
Las televisoras locales mostraron imágenes del choque armado entre los hombres con uniformes de camuflaje, característico de la Policía, contra los militares que se treparon a techos de edificaciones cercanas y avanzaban con la intención de llegar al hospital.
La Cruz Roja informó que había atendido a un herido de bala, el que posteriormente se confirmó que era un policía que murió.
Policías se mantenían disparando gases lacrimógenos para impedir que seguidores de Correa, que lanzaban piedras y palos, se acercaran al nosocomio. Posteriormente el mandatario llegó al Palacio de Carondelet adonde fue recibido por varios de sus seguidores.
En la Plaza Grande de Quito lo esperaban algunos ministros y centenares de sus partidarios, que ondeaban banderas de Ecuador.
Medios
Las instalaciones del canal público de televisión de Ecuador fueron atacadas y ocupadas ayer en Quito en momentos en que emitía información sobre una rebelión de policías y militares, según imágenes retransmitidas por la estación.
Decenas de personas destruyeron las puertas de vidrio del edificio de ECTV e irrumpieron en la sala de noticias.
Pablo Guerreo, ex abogado del líder opositor ecuatoriano Lucio Gutiérrez, lideró el asalto protagonizado por unos cuarenta ciudadanos y policías contra las instalaciones de la cadena pública ECTV.
El ex abogado de Gutiérrez fue identificado en las imágenes tomadas por Ecuador TV en la entrada de su edificio, y divulgadas por Telesur.
Honduras da “respaldo irrestricto” a Correa
Los Presidentes latinoamericanos se movilizaron ayer en apoyo a su colega Rafael Correa, en un intento de golpe de Estado, mientras la OEA llamó a una reunión extraordinaria y la Unasur condenó los hechos en su encuentro en Buenos Aires.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos, OEA, José Miguel Insulza, ofreció a Correa el “pleno apoyo” del ente continental, que además reunió a su Consejo Permanente para tratar la crisis en Ecuador. Insulza afirmó que en Ecuador está en marcha un golpe de Estado que todavía no se ha consumado, y llamó a dar una respuesta “contundente”.
El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, expresó su preocupación por el “bienestar personal” del presidente Correa.
El Gobierno de Honduras expresó ayer su “respaldo irrestricto” al presidente Rafael Correa, a pesar de que ambos países tienen suspendidas sus relaciones diplomáticas. “Honduras, su pueblo y su Gobierno, expresa su respaldo irrestricto a la institucionalidad democrática de la República de Ecuador y aboga por la pronta normalidad ciudadana”, señaló un comunicado de la Casa de Gobierno.