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'Directores no estaban acostumbrados a compartir información”: Corrales

  • 06 abril 2016 /

Tegucigalpa, Honduras.

Desde el crimen del general Julián Arístides Gonzáles (8 de diciembre de 2009), zar antidrogas que fungía como titular de la Dirección de Lucha Contra el Narcotráfico (DLCN), fueron cinco secretarios de Seguridad los que han ocupado ese cargo y hasta ahora ninguno conoce el informe en el que se detalla la participación de miembros de la carrera policial en el crimen.

“El general González era mi amigo. Yo lamenté mucho que en 2009 lo asesinaran. En mayo de 2013, cuando yo pasé a dirigir la Secretaría de Seguridad, pregunté por este y otros casos. Y al ver que las respuestas eran muy escuetas, inicié el relevo generacional. Siendo ministro de Seguridad se retiraron a todos los oficiales de la primera, segunda, tercera y cuarta generación y más de la mitad de la quinta generación”, manifestó a LA PRENSA el exsecretario de Seguridad Arturo Corrales, actual canciller de la república. Los informes del asesinato de González, el analista en temas de seguridad Alfredo Landaverde y el fiscal de la unidad contra el lavado de activos Orlan Chávez son desconocidos por la mayoría de exsecretarios de Seguridad, atribuyendo exclusivamente el uso de esa información a las cúpulas policiales de esos años.

“Siempre se supo de los asesinatos como rumor y si hubiese recibido un informe, lo hubiera trasladado de inmediato a la Fiscalía General. Hice las preguntas y no hubo respuestas, yo no llegué como Fiscal General, sino de ministro a construir una nueva Policía”, agregó Corrales en conversación con LA PRENSA.

Secretismo

La información que se manejaba en las cúpulas policiales no siempre fue compartida con los ministros de Seguridad, al menos antes de que Corrales llegara, conforme a lo expuesto por él mismo.

“Por lo menos ahora sí. Cuando yo llegué a Seguridad, el director de la Policía era Juan Carlos (Tigre) Bonilla y debido a que no se compartía información, embargué los archivos de Casamata. Nunca quise entrar a Casamata por estos problemas que hay ahora. El primer día que llegué estuve una hora y dije no vuelvo”, afirmó el ahora Secretario de Relaciones Exteriores.

Asegura que todo eso que encontró lo orilló a implementar un nuevo sistema en la Policía Nacional y fue así como llegó a descubrir la existencia de las planillas fantasmas. “Estaban acostumbrados a no compartir información”, argumentó.

Otra de las cosas de interés que mencionó Corrales, que encontró a su llegada al cuartel de Casamata, fue la dirección de Inteligencia Policial, la que redactó el informe de la muerte del zar antidrogas y que menciona a varios oficiales de la Policía Nacional involucrados.

“Cerré esta dirección porque no me gustó lo que encontré. La información de esta dirección solo la manejaba cierto grupo, no seguían procedimientos y no tenían archivos. Ahora hay un sistema certificado que se ocupa de esto. Tampoco compartían información con ningún operador de justicia”, reveló Corrales.

Para el exministro de Seguridad, pudieran haber más informes de las cúpulas policiales.

Hermetismo

Por otra parte, el exsecretario de Seguridad, Pompeyo Bonilla, dijo escuetamente a LA PRENSA que no va a dar declaraciones al consultársele sobre el informe que ha trascendido en los medios de comunicación de la muerte de Julián González.

“Yo no voy a dar declaraciones de ese tema, en ningún aspecto. Voy a esperar a ver cómo se van desenvolviendo los asuntos”, afirmó Bonilla.

Antes de la llegada de Corrales a Seguridad estuvo en ese despacho Jorge Rodas Gamero y Óscar Álvarez Guerrero. Ambos aseguraron desconocer el informe sobre los supuestos responsables de la muerte del zar antidrogas.

“La cúpula policial de entonces jamás me dio un informe de estas muertes. No dudo de que exista el informe, pero en este caso no lo conozco”, aseguró Álvarez.