El poco interés de cerca 700 familias de seis barrios de Santa Rita en conectarse a la red de alcantarillado de aguas negras continúa generando una alta contaminación al río Humuya, canales y calles de la ciudad.
Hace dos años el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) donó a la alcaldía un proyecto de alcantarillado sanitario a un costo aproximado a los 80 millones de lempiras para tratar esos líquidos en una pila de oxidación y así proteger el ambiente y la salud de más de 10,000 ciudadanos del casco urbano.
Las pretensiones del organismo y las mismas autoridades municipales no han sido apoyadas por la población de los barrios Pueblo Nuevo, Buenos Aires, El Centro, Lara, Prestaciones y parte de Subirana que están renuentes y se niegan a conectarse a la red argumentando que es una donación y no deben pagar.
El sistema es administrado por la firma Aguas de Santa Rita, Yoro, (Asry) a petición del BID con el objetivo de que este sea autosostenible.
“Lamentamos que hasta la fecha de las casi mil viviendas que comprende el proyecto apenas 270 estén haciendo uso del servicio, no nos queda de otra que tomar acciones por medio de la Corporación Municipal para obligar a estos ciudadanos ha aprovechar el recurso para evitar derrames de agua en la vía pública que al final caen en el Humuya”, expresó Orlando Flores, gerente de Asry.
Contaminación
Flores explicó que los planes de esa oficina era que para este año la cifra de conexiones llegara a los 600 abonados, pero a duras penas tienen 270. “No es posible que el BID nos haya donado la obra y que los llamados a utilizarla no lo hagan, con ese tipo de actitud estamos quedando mal con el donante que busca proteger la salud de los habitantes”.
Indicó que para hacer que los ciudadanos procedan a conectarse hasta les ofrecieron darles en cuatro cuotas los 1,200 lempiras que vale el pegue, pero ni así han querido.“Eso llevó a la Corporación Municipal a aprobar un acuerdo que uno de los requisitos para sacar o renovar un permiso de operación de negocio es tener el alcantarillado sanitario, eso ha venido ayudar un poco”.
El gerente explicó que la poca cantidad de abonados les está ocasionando un déficit operacional de casi 15,000 mil lempiras, pues al mes apenas recaudan esa cantidad y gastan más de 30,000 mil en pago de empleados y gasto de energía en las estaciones de bombeo que impulsan las aguas negras a las pilas de oxidación.
Máximino Guevara, jefe de la Unidad Municipal Ambiental (UMA), dijo “tenemos altos niveles de contaminación por esos desechos en el municipio y a pesar de tener un servicio de alcantarillado la gente no quiere colaborar para evitarlo. El problema por derrame de aguas negras sigue casi igual, el río Humuya es uno de los afluentes más afectados”.
El funcionario explicó que hace unos días citaron a cerca de 100 propietarios de viviendas que colindan con ese río para solicitarles que ya no sigan lanzando esos liquidos al cauce, “lamentablemente solo llegaron 20, de esos solo tres acataron la orden”.
La vecina María Torres dijo que ella quisiera tener el servicio, “si lo conecto luego no podré pagar la mensualidad, mejor estoy así y el agua la tiro a la cuneta de la calle”.
