Un jurado declaró hoy a Andrea Yates inocente en su segundo juicio por las muertes de sus cinco hijos, a quienes ahogó en la bañera de su casa en los suburbios de Houston. El jurado consideró que ella obró impulsada por un estado de demencia.
Yates, de 42 años, permaneció con los ojos bien abiertos mientras escuchaba el veredicto. Al enterarse de que la hallaron inocente, inclinó su cabeza y lloró en silencio.
Yates será confinada a un hospital psiquiátrico estatal y deberá asistir a audiencias periódicas ante un juez que determinará si puede ser puesta en libertad. De haber sido declarada culpable, ella habría enfrentado una posible sentencia de cadena perpetua.
En un juicio previo, el jurado declaró a Yates culpable, pero ese veredicto fue desestimado en un proceso de apelación porque hubo un error durante la fase de testimonios.
Los abogados de Yates nunca negaron que la mujer ahogó a sus hijos Mary, de seis meses; Luke, de dos años; Paul, de tres; John, de cinco; y Noah, de siete, en junio del 2001.
Su estrategia fue intentar demostrar que su cliente padeció de una psicosis grave de posparto y que, mientras sufría de un estado de delirio, pensó que Satanás estaba dentro de ella. Al ahogar a sus hijos, habría intentado salvarlos del infierno.
El padre de los niños opinó que el jurado había sacado la conclusión correcta.
'El jurado vio más allá de lo que pasó y se fijó en el por qué ocurrió', dijo Rusty Yates a reporteros fuera del palacio de justicia. 'Los fiscales supieron la verdad desde el primer día y se detuvieron allí. Sí, ella era psicópata, esa es toda la verdad'.
Rusty Yates se divorció de Andrea Yates después de las muertes de los niños en junio de 2001 y recientemente volvió a casarse. Dijo que ellos todavía son 'amigos' y que hablan de las cosas que vivieron con los niños.
El jurado, mitad hombres y mitad mujeres, deliberó durante unas 12 horas a lo largo de tres días antes de alcanzar su veredicto. El miércoles, los jurados escucharon de nuevo la definición estatal de demencia y pidieron ver fotografías de las víctimas.
Los fiscales sostuvieron que Yates no se ajustaba a la definición de las leyes del estado sobre demencia, según la cual se trata de una enfermedad mental grave capaz de evitar que alguien que está cometiendo un delito sepa la diferencia entre el bien y el mal.
'Estoy muy decepcionada', dijo la fiscal Kaylynn Williford. 'Durante cinco años, intentamos cobrar justicia para estos niños'. AFP