Hablar de las cuevas de Cuyamel es remontarse a un pasado que permite entender una época de la historia nacional.
A estas grutas, ubicadas en la comunidad de Cuyamel en un cerro al extremo norte, se le han atribuido por los siglos hazañas y misterios. Pequeños cerros de piedra caliza que se desprenden del cauce de la cordillera Nombre de Dios quedan diminutos a la par del imponente Calentura. Los vecinos de la localidad cuentan que las cuevas sirvieron de refugios a los aborígenes que se resistían a la esclavitud en tiempos de la colonia, también cuando los piratas y corsarios asaltaban la comunidad de Trujillo muchos de sus habitantes se refugiaban en esta zona.
“Muchos quieren entrar pero no han podido, con dificultades han llegado hasta cierta parte; es muy riesgoso ya que hay culebras y otro tipo de animales peligrosos”, dijo Nicasio Córdova, vecino de esta localidad. Según relatos de la gente, estas cuevas van a salir a Trujillo; también se relacionan con La Culebrina, un camino construido con piedras por los españoles para mantener relaciones comerciales, puesto que estas cuevas se encuentran en la ruta de este sendero colonial.
En el fondo de las cuevas se encontraron objetos que fueron saqueados y vendidos sin darle el valor histórico.