Una corte japonesa sentenció el martes a un millonario a cadena perpetua por nueve violaciones, incluida una fatal, pero lo exoneró de atacar y descuartizar a una mujer británica, en el desenlace sorpresivo de un caso criminal que ha suscitado interés internacional.
Joji Obara, de 54 años, estaba acusado de violación masiva y de la muerte de dos mujeres extranjeras, entre ellas la británica Lucie Blackman en el 2000.
El caso contra Obara, que drogó a sus víctimas y grabó en video las agresiones, acaparó la atención nacional como uno de los ataques sexuales más perturbadores en Japón. También despertó dudas sobre la seguridad de las mujeres en los centros nocturnos y en la industria del sexo en el país.
La Corte de Distrito de Tokio condenó a Obara a prisión perpetua por nueve violaciones. En una de éstas, la australiana Carita Ridgway murió de una sobredosis de droga en 1992, según el veredicto.
Ridgway, que tenía 21 años cuando desapareció, era una estudiante que trabajaba en un bar de Tokio. Falleció de una sobredosis de droga luego que fue violada por Obara.
Obara no fue acusado de asesinato, sólo del cargo menor de 'violación que condujo a la muerte'. El millonario se declaró inocente de todas las acusaciones al sugerir en declaraciones testimoniales que las relaciones sexuales fueron aceptadas por las mujeres y que Blackman y Ridgway se drogaron por su cuenta.
En una decisión que posiblemente desate indignación en Gran Bretaña, la corte absolvió a Obara de todos los cargos relacionados con la muerte de Blackman, que también tenía 21 años y trabajaba en un centro nocturno de Tokio en el 2000 cuando desapareció tras decirle a un amigo que pasearía con un cliente.
La madre de Blackman, Jane Steare, lamentó profundamente el fallo.
'Estoy devastada, absolutamente devastada. Simplemente no puedo creer este veredicto', dijo Steare desde su casa en el sur de Gran Bretaña. 'Mis peores temores se hicieron realidad'.
El cadáver descuartizado de Blackman fue descubierto a principios del 2001 en una caverna junto al mar cerca del condominio de Obara. La cabeza estaba en un bloque de concreto. La corte dijo el jueves que no había evidencia física que vinculara directamente a Obara con la violación y muerte de Blackaman, ni con eliminación de su cadáver.
Lucie Blackman es presentada en esta foto sin fecha por la embajada británica en Tokio, Japón.
