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Las acciones de desalojo se registraron desde tempranas horas de la mañana en los sectores identificados como aldea Panamá y Paso Aguán, adonde se desocupó del lugar a unas 350 personas que estaban ubicadas desde hace dos meses en el sitio.
El amplio despliegue de efectivos en el lugar provocó que muchos de los campesinos salieran corriendo de los lugares, adonde se tenían improvisadas chozas construidas con pencas de palmeras como base y sobre las cuales se tenía colocados plásticos.
Desalojo pacífico
Alex Madrid, vocero de la Secretaría de Seguridad, dijo que no se detuvo a ninguna persona; además de detallar que no hubo heridos de ninguna de las partes, aunque hubo necesidad de utilizar la fuerza.
“No se ha agredido a nadie, no hay personas heridas ni violaciones a sus derechos, fue en cumplimiento de una orden judicial y se hicieron presentes representantes de los derechos humanos”, dijo el oficial de policía.
Sostuvo que en casos como éste por lo general, hay acusaciones en contra de los agentes policiales a quienes se señala de portar armas de grueso calibre; sin embargo, sostuvo que ellos sólo cumplen con la ley y se portan las armas que le son asignadas.
“Como policías esperamos que esto se resuelva de forma pacífica, no queremos derramamientos de sangre, esto se va a resolver cuando la misma gente del sector convenza a los campesinos para que desistan de una idea de tomarse las vías públicas, tal y como está pasando en estos momentos en la carretera que conduce a Trujillo, donde los mismos pobladores se siente afectados”, indicó el oficial de la Policía.
Juan Antonio Fraño, representante de los Derechos Humanos, dijo que se presentaron a los sitios de desalojos para garantizar que no se cometieran violaciones a los derechos de los campesinos. “No entendemos por qué la utilización de armas pesadas en una acción de esta naturaleza”, sostuvo, tras indicar que en el lugar había observadores internacionales.
Tensión en Guadalupe Carney
Un fuerte grupo de campesinos que mantienen obstaculizado el paso a la ciudad de Trujillo indicaron que no cederán en su presión de solicitar la retirada de los militares.
“Los militares llegaron temprano al sitio, estaban fuertemente armados y al verlos tuvimos que salirnos del lugar, mucha gente no pudo sacar ni sus botas”, dijo Paulino Chávez, uno de los campesinos.
En el campamento que se tiene montado en la carretera, frente a la comunidad Guadalupe Carney, no hay paso de autos y todo aquel que llega al sector es abordado por grupos de personas armadas con palos y machetes, los que consultan la identidad del que llega y cuáles son sus intenciones.
“Fuera militares... fuera militares, queremos respuestas del Gobierno a nuestras peticiones”, gritaban los campesinos mientras levantaban diversos objetos que tenían en sus manos.
La toma de carreteras que se produce en las cercanías de Trujillo está haciendo un enorme daño a la débil economía del puerto, donde los turistas se están regresando, lo que hace que hoteles y restaurantes estén casi vacíos debido a que en los últimos días no se ha podido ingresar al sitio.