Los emigrantes latinoamericanos que se arriesgan a cruzar a nado el río Bravo para pasar a Estados Unidos, enfrentan ahora el peligro de toparse con temibles cocodrilos.
En Nuevo Laredo, una de las ciudades mexicanas que atraviesa el río de 3,034 km, don Pedro Madrid y su nieto, ambos pescadores, sacaron en octubre pasado un enorme cocodrilo que dio origen a la creación del primer zoológico de la localidad.
'Mi nieto y yo tiramos los anzuelos, cuando vimos que uno de ellos se movía y se iba contra los carrizos; era un cocodrilo', luego de dudar si se trataba de ese reptil, narró don Pedro en un recorrido con la AFP por el río.
'Lo sacamos entre mi nieto y yo, lo lazamos, y no sabíamos si nos iba a atacar, pero por fortuna no, y después de sacarlo le hablé a mi compadre para que me ayudara', añadió.
Los pescadores han visto en los últimos días otro cocodrilo mucho más grande que el primero que sacaron en octubre, al que bautizaron como Fortunato porque se creía que era un ejemplar masculino.
'La última vez que lo vimos fue el lunes pasado. Hemos visto las huellas que deja al arrastrarse, al meterse en el agua. Está muy grande, ahorita vamos para ver si podemos sacarlo también', prosiguió óscar Ramírez, el compadre de don Pedro, momentos antes de acampar para localizar al animal.
'Lo vimos por allá abajo, estaba como a unos cincuenta metros, pero se apreciaba que era mucho más grande que el otro. Nosotros venimos a pescar los fines de semana y esta noche nos vamos a quedar para ver si podemos atraparlo', comentó don Pedro.
La zona donde estos tres pescadores tiran sus artes de pesca es un área lejos de la población, donde sólo existe el ruido de las aves, un lugar idóneo para que los animales vivan tranquilos.
Al término del recorrido, don Pedro comenta con humor la falta de atenciones de parte del Gobierno local por su aportación para la fundación del zoológico.
'Pues si, yo lo saqué, pero no he ido a ese zoológico, no he tenido ni una visita por parte de ninguna autoridad, nadie me ha invitado a ver al cocodrilo, y lo único que pedí es que de perdido me regresaran mis anzuelos, pero ni eso hicieron', dijo.
Año con año miles de emigrantes indocumentados atraviesan la frontera de México para llegar a Estados Unidos por diversos puntos de la línea de más de 3,000 km que divide a ambos países.
Algunos indocumentados optan por el desierto, donde un importante porcentaje muere víctima de la deshidratación, picaduras de animales venenosos o asesinados por los propios traficantes de migrantes.
Otros prefieren aventurarse a cruzar a nado el río Bravo.
Muchos de ellos, meten sus ropas y pocas pertenencias en bolsas que inflan a soplos, algunos otros sencillamente desisten en su intento y se entregan a las autoridades migratorias al ver de cerca el peligro de llegar Estados Unidos por el desierto o por el río.
Es el caso de cuatro hondureños que el jueves pidieron ayuda a las autoridades en Monterrey, Nuevo León, norte de México, después de que el traficante de migrantes que los llevaría a Estados Unidos los abandonó.
'No pudimos llegar porque la corriente del río Bravo era muy fuerte y nos regresamos', comentó a la AFP, José Aníbal Gutiérrez Manzanares.
'Salimos de Honduras hace un mes y medio, de mosca (polizón) en tren, mi sueño era ir a Estados Unidos para ponerme a trabajar y mandarle dinero a mi esposa', añadió frustrado.
En 2007 México deportó a 2,786 indocumentados, la mayoría de ellos centroamericanos.
Los ilegales viven en la sombra, se rodean del miedo y la angustia, pese a que son ellos los que aportan a las economías estadounidense y hondureña con el envío de remesas a centenares de familias en nuestro país.
Pena
Los saurios son otro muro a vencer por hondureños hacia sueño americano.
Cifras
253 personas
Se van de Honduras en busca de un mejor futuro.
900 dólares
Pagan por un apartamento mas agua y luz y viven hasta nueve personas
Migración: fenómeno social que no pierde actualidad
La migración es un fenómeno que según el Foro Nacional para las Migraciones de Honduras, Fonamih, conjuga una multiplicidad de causas asociadas al éxodo de migrantes centroamericanos, entre ellas la falta de fuentes de empleo, los bajos salarios, las redes sociales y familiares de los migrantes, el alto costo de vida, la falta de seguridad y la ausencia de oportunidades. Actualmente la migración es una de las mejores válvulas de escape a las presiones y condiciones económicas y sociales de estos países.
En Nueva Orleans, luego del huracán Katrina el trabajo disminuyó, a pesar de las labores de reconstrucción hay indigentes de todas las nacionalidades, hasta latinos.
Los países receptores, de forma contradictoria e hipócrita, reciben a los emigrantes como trabajadores, pero son rechazados como ciudadanos.
Los 'polleros' o 'coyotes' cobran entre cuatro mil y nueve mil dólares por cruzar a los indocumentados, todo dependerá de la ruta que utilicen.
Aún así, veinticinco hondureños abandonan el país para intentar ingresar sin documentos a EUA a diario, aunque sólo el 10% logra su propósito.