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Mañana abre sus puertas la catedral San Isidro

  • 27 julio 2017 /

Con apoyo de la feligresía se logró cambiar el techo, cielo falso y restaurar obras de arte del templo. Ahora se trabaja en el exterior.

La Ceiba, Honduras.

Los trabajos de restauración del interior de la catedral San Isidro de La Ceiba han culminado, por lo que mañana está previsto abrir el templo para los oficios religiosos.

El proyecto que comenzó a finales de mayo tuvo un costo de más de un millón de lempiras, con estos fondos fue posible reparar el techo, el cielo falso y restaurar cuadros religiosos.

La reparación se inició el pasado mes de mayo.
“Ha sido un fuerte trabajo el que se realizó de manera incansable para lograr terminar la parte interior, que está lista y esperamos en Dios este 29 de julio tener la primera misa con el templo reparado”, dijo el padre Carlos Felipe Rodríguez, párroco de la catedral.

Este templo que fue construido en los años cincuenta sufría daños, “por lo que fue necesario cambiar la estructura de madera por una de hierro, también se cambió el techo de asbesto por láminas de aluzinc, lo mismo se hizo con el cielo falso que era de estuco por tabla yeso; la iluminación que era lateral se pasó a un tipo de lámparas led. Las 14 estaciones se retocaron y se aprovechó a pintar todo el interior del templo, se hicieron otros detalles que hacen más acogedor el ambiente en la catedral”, detalló el sacerdote.

La reparación se inició el pasado mes de mayo.
Ahora solo restan los trabajos en el exterior, donde se pintará todo el contorno con los mismos colores que ha tenido siempre (crema y café oscuro). Se habilitará una torre como mirador, repararán el reloj, el plan en esta parte es crear un museo con la historia de la catedral. “Esperamos entre uno o dos meses poder culminar estos trabajos. Agradecemos a la población por el apoyo, pero necesitamos que esa ayuda continúe para que la parte de afuera de la iglesia se vea más bonita”, invitó el religioso.

La restauración de las estaciones del viacrucis estuvo a cargo del arquitecto Walter Gutiérrez. “Habían muchas pinturas dañadas y se lograron restaurar; en la parte externa de estas obras se usó un material especial como láminas de oro”, explicó Gutiérrez.



Una de las curiosidades que llamó la atención cuando bajaron de las paredes estas obras de arte, fue que en la parte de atrás de cada una de ellas estaba escrito el nombre de las familias que las donaron hace 40 años.

El templo tendrá una iluminación discreta que se ajustará a los colores de los tiempos litúrgicos de la Iglesia Católica, que hará más intensa la meditación y la oración de los fieles.