Luego del escándalo sexual que se desató en la embajada de Honduras en Colombia, la secretaría de Relaciones Exteriores finalmente entregó el informe en el que se relatan los hechos.
El pasado 21 de diciembre, Jorge Mendoza, empleado personal del embajador Carlos Humberto Rodríguez, realizó una fiesta sexual en la sede diplomática hondureña .
La parranda, en la que participaron prostitutas, se hizo en una clara violación a las leyes del servicio diplomático y se convirtió en un escándalo mundial que dejó fuera de su cargo al propio embajador Rodríguez.
La Cancillería de Honduras divulgó hoy el informe presentado por la comisión especial para investigar los hechos registrados el 20 de diciembre en la embajada en Colombia, concluyendo que fue decisión del entonces embajador mantener en reserva la 'fiesta sexual'.
De acuerdo al documento, el embajador Carlos Humberto Rodríguez Andino partió de Colombia el sábado 15 de diciembre, con la autorización de la Cancillería, para disfrutar de su período de vacaciones del 17 al 30 de diciembre de 2012.
A cargo de la embajada, señala el escrito, quedó la ministra consejera Marcela María Mejía, quien a su vez recibió la autorización de tomar vacaciones a partir del 17 de diciembre y partió de Colombia el miércoles 19 de diciembre de 2012, reasumiendo sus funciones el 5 de enero de 2013.
De acuerdo al reporte de la Policía de Colombia, el día viernes 21 de diciembre, el ciudadano hondureño Jorge Arturo Mendoza Gallardo, personal de servicio particular del embajador Rodríguez Andino; y Rodrigo Andrés Escobar Ramírez, de nacionalidad colombiana, ingresaron a la sede diplomática en estado de ebriedad, acompañados de dos mujeres.
Al día siguiente, cuando los empleados de la embajada ingresaron a la misma, habría encontrado a Mendoza y Escobar 'en una situación de resaca' y luego de revisar las oficinas, escritorios y archivos, 'constataron el faltante de una computadora portátil'.
La comisión asegura que las oficinas del embajador y de la Sección Consular 'se encontraron en condición adecuada ya que estaban bajo llave'.
Luego, procedieron a llamar a la Policía, que realizó una inspección general de las instalaciones de la legación y a dos interrogatorios separados, uno con los actores de los hechos y otra con los funcionarios diplomáticos.
Fue entonces, según el informe, que Estrella Guatibonza, asistente administrativa del embajador Rodríguez, le informó vía telefónica de lo acontecido y este le habría pedido que la situación se manejara de forma interna, pues él lo haría desde Honduras.
'Cabe subrayar que esta es la instrucción recibida por todos los funcionarios presentes, quienes asumen que la intención del Embajador Rodríguez es la de informar directamente a la Secretaría de Relaciones Exteriores puesto que él se encontraba en Tegucigalpa', indica el documento.
Además, señala que la investigación fue descontinuada porque los bienes faltantes, una computadora y los celulares de los involucrados, eran de propiedad privada y los afectados no tenían intención de poner la denuncia por hurto.
'Los despachos del Jefe de Misión y la Sección Consular se encontraban bajo llave en el momento de los hechos y no presentaban alteraciones de ningún tipo (...) A excepción del área de ingreso a la Agregaduría Militar y el escritorio de la Ministro Consejero Canahuati Farah, no había ninguna manifestación de anomalía o violencia', establece la comisión, que viajó a Colombia el 10 de enero.
También concluye que 'no hay indicio racional de sustracción de información sensitiva' del consulado y que 'ningún miembro de la Misión Diplomática, ni funcionarios de esta Secretaría, participaron directa o indirectamente en los hechos'.
Sin embargo, comprueba que fue encontrada 'una mancha de desechos humanos en una alfombra y la desaparición de una computadora portátil propiedad de la ministro consejero'.
Reitera que Mendoza no tenía una relación laboral con el Estado de Honduras y que 'el personal de la misión diplomática daba por descontado que la Cancillería había sido debidamente informada por el embajador'.