El presidente estadounidense George W. Bush visitó este miércoles Nueva Orleans, que sigue sin ser reconstruida, y prometió que las cosas van a mejorar, al recordar los cerca de 1.500 muertos que dejó el paso del huracán Katrina hace exactamente dos años.
Nueva Orleans, que alguna vez estuvo entre las ciudades más vibrantes de Estados Unidos, conmemora este miércoles el desastre con dolor, recogimiento y rencor.
Dos años después del Katrina, Bush y el gobierno son acusados de lentitud y de no hacer lo suficiente para reconstruir una zona que quedó en escombros.
'Vengo a decirle a la gente de esta parte del mundo que seguimos comprendiendo sus problemas, y que seguimos comprometidos', declaró Bush.
Se trata de la 15ª visita de Bush a la región desde que pasó el Katrina. Sin embargo, su presidencia quedó marcada por el fracaso del gobierno para reaccionar ante el desastre, y por su imagen siguiendo las noticias desde su rancho en Texas, dudando si interrumpir sus vacaciones.
Katrina alcanzó las costas de Louisiana y Mississippi el 29 de agosto de 2005, dejando cerca de 1.500 muertos y decenas de miles de millones de dólares en destrozos.
Las iglesias de Nueva Orleans marcaron el aniversario tocando sus campanas en memoria de las víctimas.
La ciudad, capital mundial del jazz, inauguró un monumento con los restos de más de 100 víctimas no identificadas, entre otros actos de recuerdo.
Pero también se organizó una marcha para protestar por las promesas incumplidas del gobierno.
A dos años del Katrina, sólo dos tercios de la población de Nueva Orleans volvió a su casa, menos de la mitad de las escuelas públicas reabrieron y la ciudad sólo creó 17.000 puestos de trabajo para remplazar a los 118.000 perdidos.
El Estado federal y las autoridades locales se echan la culpa unos a otros por la lentitud, ineficiencia y burocracia, que terminaron afectando a los más pobres, que dependen de la ayuda pública.
'Espero que la gente comprenda que seguimos dándoles atención, que los entendemos', aseguró Bush, que eligió una escuela --según él símbolo del espíritu de Nueva Orleans-- para hacer un minuto de silencio a la hora precisa en la que los diques cedieron y las aguas comenzaron a avanzar hasta sumergir a 80% de la ciudad.
'A veces a la gente le cuesta ver las mejoras porque vive todo el tiempo en el mismo lugar', opinó Bush.
Pero para él y para su mujer, entre su anterior visita y esta 'la ciudad se recuperó, es mejor hoy que ayer, y será mejor mañana que hoy'.
Si bien admitió retrasos burocráticos, Bush afirmó que de más de 114.000 millones de dólares destinados por el Estado federal a la emergencia y la reconstrucción, más de 96.000 millones ya fueron gastados o están a disposición de las autoridades locales.
Las críticas a Bush aumentaron los días previos al aniversario, con la visita de gran parte de los aspirantes a candidato demócrata para las presidenciales de 2008.