15/12/2025
12:11 PM

Bisabuelas del golf mandan al hoyo los achaques

Vilma Venegas de 75 años y Margarita Pineda de 77, le ganan la partida al tiempo.

No se molestan si les dicen que son las reliquias del golf porque saben que este deporte más bien las ha rejuvenecido después de sus siete décadas y media de vida.

Vilma Venegas de 75 años y Margarita Pineda de 77, se enfrentan con el palo del golf en la mano para ganarle al tiempo y hacer su otoño reverdecido como los campos donde han ganado tantos trofeos.

Da la casualidad que a ninguna de las dos les gustaba el golf siendo jóvenes, pero cuando le dieron por primera vez a la pelotita para meterla en el agujero por pura curiosidad, no volvieron a soltar el palo.

A pesar de que su padre Jack Roth fue un empedernido golfista, nunca pudo hacer que Margarita siguiera sus pasos cuando vivían en El Progreso, donde él se desempeñaba como ejecutivo de la Tela Rail Road Company.

Fue hasta que se casó Margarita que comenzó a frecuentar los campos de golf con su esposo y así fue sintiendo una pasión por ese deporte que cobró auge con la llegada de las bananeras a la costa norte.

Como Margarita era gran amiga de Vilma quiso motivarla a que también se metiera en aquel mundo recién descubierto por ella. Sin embargo, Vilma se resistía alegando que no le encontraba gracia a eso de andar detrás de una pelotita por todo el campo. Luego le pasó lo mismo que a Margarita: todo fue que su esposo le enseñara a tomar un palo de golf, para que después no quisiera salir de los campos de golf en la zona americana de La Lima.

Así fue como comenzó una larga carrera que las llevó a ambas a los diferentes países de Centroamérica a participar en competencias de las que traían trofeos, tras trofeos.

A veces integraban equipos con hombres para participar en torneos masculinos, porque las pocas mujeres golfistas se retiraron al llegar a la menopausia.

Margarita fue la segunda mujer a nivel de Centroamérica en obtener un trofeo en la categoría femenina. Ese mismo premio lo consiguió después Vilma Venegas.

También se siente orgullosa Margarita de tener en su récord de golfista una puntuación excepcional conocida como un hoyo en uno que consiste en meter la bola del primer golpe de un tiro largo. Son pocos los golfistas que obtienen esa puntuación la cual en inglés se llama hole in one.

El Mitch y los nietos hicieron estragos con la mayoría de los trofeos ganados por la dama en su carrera de golfista, según dijo.

No se han preocupado por conservar las preseas porque la mayor satisfacción para ellas es participar, relajarse y hacer amistades.

Una anécdota

El primer Centroamericano en el que participaron fue en Nicaragua en 1977, cuando estaba candente la lucha sandinista por botar a Anastasio Somoza. Recuerdan que esa vez se hospedaron en el hotel Intercontinental que estaba precisamente frente al búnker del mandatario.

No podían dormir porque una enorme tanqueta de la seguridad de Somoza apuntaba su cañón justamente hacia la habitación donde ellas estaban alojadas, comentaron.

Lo bonito de su estadía en Nicaragua es que estuvieron jugando en un campo espléndido localizado a la orilla del lago de Managua, el cual desapareció al llegar los sandinistas al poder.

Hasta el momento no han encontrado en Centroamérica, otra golfista que tenga más edad que ellas. Algunos compañeros las molestan haciéndoles toda clase de bromas por estar todavía pegándole a la pelotita.

Recuerdan que recientemente se encontraron con un golfista retirado, amigo de ellas, quien al verlas salió gritando que había visto un espanto, porque creía que ya se habían muerto.

En vez de enojarse más bien se ríen todavía por la ocurrencia de aquel hombre que había sido compañero de juego de las dos hacía mucho tiempo y desde entonces no se veían.

Aunque el golf es un deporte muy caro, ellas tienen la ventaja que en el Club Campestre al cual pertenecen, les dan el descuento de la tercera edad.

Consideran que es el deporte lo que las ha mantenido saludables, pues no padecen ni de gripe, pese a que no llevan una dieta rigurosa de alimentación.

Tal vez si dejan de jugar comiencen los achaques, por eso ni siquiera han pensado en el retiro. Será hasta que Dios diga, dicen. Nunca han competido entre ellas porque siempre han estado en el mismo equipo. En lo único que han competido es en el número de nietos y bisnietos que ambas tienen.

“Yo le gané a Margarita porque tengo 15 nietos y ella tiene solo 13, dijo Vilma” . En lo que están empatadas es en la cantidad de bisnietos porque tienen tres, cada una.

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