15/04/2024
12:48 AM

Las ballenas más grandes del mundo visitan Tela

Ejemplares de la especie Balaenoptera physalus (la segunda más grande del planeta) han sido avistadas en el Caribe. Biólogos advierten que es necesario proteger la bahía de Tela.

Tela, Atlántida.

El mar Caribe hondureño, que aloja uno de los arrecifes más sanos y espléndidos del planeta, se está convirtiendo en un refugio temporal de la ballena de aleta (Balaenoptera physalus), la segunda más grande del mundo, después de la ballena azul.

En los últimos años, pescadores de Tela han avistado en el mar, no muy lejos de la playa (a unos 150 metros), varios cetáceos de esta especie que, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), se encuentra en peligro de extinción.

Biólogos del Centro de Investigación Marina de Tela (Tela Marine Research Center) han constatado que varias ballenas de aleta han llegado y se han alojado temporalmente en la costa hondureña, exactamente en el área (más de 86,000 hectáreas de mar) que recién el Congreso Nacional decretó como Refugio de Vida Silvestre Marino Bahía de Tela.

Entre la semana anterior y principios de la que está concluyendo, científicos de ese centro mantuvieron bajo observación, a través de un drone (que sobrevoló a una distancia superior a los 200 pies de altura, según los parámetros internacionales), una ballena que bautizaron con el nombre de Gran-Berta (Big-Bertha).

Max Bodmer, biólogo egresado de la Universidad de Oxford de Inglaterra y director del Centro de Investigación Marina de Tela, confirmó que, efectivamente, avistaron una ballena Balaenoptera physalus.

Científicos del del Centro de Investigación Marina de Tela durante las jornadas de observación de la ballena Gran-Berta en la bahía de Tela.
Para Bodmer, “un avistamiento tan inusual indica que además de tener arrecifes increíblemente saludables, la Bahía de Tela es también un refugio seguro e importante para megafauna carismática y en peligro de extinción”.

Gran-Berta, la ballena observada, es un gigante marino de, por lo menos, 21 metros de longitud y pesa aproximadamente 120 toneladas (equivalente al peso de 83 taxis hondureños estibados).

Según el biólogo Pete Gill, director de Blue Whale Study Inc de Australia y miembro honorario de la Escuela de Ciencias de la Vida y Ambientales (School of Life & Enviornmental Sciences), “definitivamente este es un avistamiento de una ballena de aleta.

Además del color general que es mucho más oscuro que el de una ballena azul, que parece azul claro cuando se ve a través del agua desde arriba, se puede ver la pigmentación más clara en la mandíbula superior derecha, que es una característica determinante de las ballenas de aleta. También la forma de la aleta dorsal es típica de una ballena de aleta. ¡Es un gran avistamiento! Las ballenas de aleta son bestias hermosas”.

Gran-Berta, que pudiera tener entre 40 y 60 años de edad, de acuerdo con estimaciones de los científicos, podría alcanzar los 100 años si en otros océanos no es víctima de los voraces e insaciables cazadores de ballenas.

Desde la superficie, la ballena es vista como un animal de escasa longitud. Los científicos utilizaron un dron para contemplar toda sus dimensiones y características físicas.
El francés Quentin Caussin, acuarista e instructor de buceo de Tela Marine, está impresionado porque él ha logrado avistar a Gran-Berta en las aguas teleñas.

“En el poco tiempo que tengo de vivir en Tela, esta bahía me ha regalado muchísimo, he visto muchísimas cosas hermosas: delfines, manatíes, cocodrilos, tiburones, arrecifes espléndidos, manglares espectaculares, monos, tortugas poniendo huevos y tortuguitas naciendo en la playa, un sinfín de especies de aves; pero nunca me imaginé que vería una ballena de aleta, Tela es increíblemente especial”, dice Caussin, conocido como Paco por sus colegas.

El reto

Para los biólogos marinos, la llegada de Gran-Berta y de otras ballenas supone un reto para los investigadores que deben despejar las causas por las cuales el rorcual común viaja (desde otros mares) miles de kilómetros para internarse en las cálidas aguas caribeñas.

“Este es un descubrimiento emocionante para Honduras, especialmente para la bahía de Tela. Si bien no sabemos la razón exacta por la cual esta ballena está aquí, hay algunas posibilidades para considerar. Puede ser parte su migración natural o tal vez visita la bahía en busca de alimento.

Parece estar saludable, pero es importante que expertos continúen monitoreando y registrando los movimientos de este hermoso ejemplar y todos los demás mamíferos marinos en Honduras. Mantengamos nuestras aguas seguras y limpias para apoyar a estos magníficos animales”, dice Terry Bolton, bióloga estodunidense de cetáceos del Instituto de Ciencias Marinas de Roatán.

Los científicos documentaron tres avistamientos en los últimos días de la ballena Gran-Berta.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), que se opone rotundamente a la cacería de ballenas, advierte que las temperaturas más cálidas del océano y el derretimiento del hielo marino en las regiones polares “pueden poner en peligro las zonas de alimentación ártica y antártica de muchas ballenas grandes.

El aumento de la radiación ultravioleta también puede provocar una disminución de la población de krill, una fuente primaria de alimentos para muchas especies marinas”.

Paralelamente, el otro desafío es para las autoridades y ciudadanos hondureños que deben proteger el Refugio de Vida Silvestre Marino Bahía de Tela porque aloja especies marinas de interés mundial.

“La confirmación oficial de la visita de estos gigantes del océano acentúa la urgencia de proteger la bahía. Tela es el hogar de los arrecifes más saludables de todo el Caribe, de las lagunas de manglar más productivas de Mesoamérica y ahora sabemos que es visitada por el segundo animal más grande que haya existido en el planeta”, plantea Antal Börcsök, fundador y gerente general del Centro de Investigación Marina de Tela.

Juan Carlos Carrasco, oceanógrafo e investigador asociado de Tela Marine y la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah), dice que “el arribo de este tipo de ballenas a la bahía de Tela la convierte en una zona prioritaria para la conservación marina, ya que esta especie está en peligro de extinción, según la UICN”.