San Pedro Sula, Honduras.
La misa dominical es uno de los momentos en que los feligreses se reencuentran con Dios; pero esa tranquilidad está siendo arrebatada por la delincuencia común.
Desde hace algunos domingos, en muchas comunidades católicas la situación ya no es igual por la inseguridad y el temor a los asaltos y saqueos de los caros.
La presencia policial es casi nula en estos sitios y un ejemplo de ello es el barrio Barandillas, una zona céntrica adonde hay varios templos católicos que tienen sus misas los domingos.
Es el día en que más familias acuden para participar de los servicios religiosos, algunos van a pie, otros en carro dependiendo la lejanía de las comunidades a las que pertenecen.
El fin de semana anterior varios de los feligreses observaron que les abrieron sus carros y otros estuvieron a punto de hacerlo.
Los afectados no denuncian por temor, pero las parroquias piden a la Policía, a Fusina o a quien corresponda que den más vigilancia.
El párroco de la catedral San Pedro Apóstol, José Antonio Canales, explica que en la actualidad es necesario que los templos tengan más vigilancia, sobre todo los domingos que es cuando más misas se celebran. “El domingo es un día muy especial para todas las personas que practican la fe y se debería poner énfasis a las distintas iglesias”, dijo.
El párroco explicó que la Policía debe hacer patrullajes alrededor de los templos e incluir estos lugares en el tema de ciudad segura para que se coloquen cámaras como disuasivos. “Vemos que se están instalando dispositivos y es necesario tomar en cuenta las calles donde hay templos”, detalló. Varios templos han sido asaltados, uno de ellos fue el de Santa Ana, en Chamelecón, informó en su momento el padre Luis Estévez.
Tambien el obispo Ángel Garachana denunció que ya ni las iglesias se escapan de la delincuencia y relató que en sus años de obispo de San Pedro Sula le han robado a la iglesia más de 35 carros, de los cuales solo apareció el de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe porque tenía GPS.
La misa dominical es uno de los momentos en que los feligreses se reencuentran con Dios; pero esa tranquilidad está siendo arrebatada por la delincuencia común.
Desde hace algunos domingos, en muchas comunidades católicas la situación ya no es igual por la inseguridad y el temor a los asaltos y saqueos de los caros.
La presencia policial es casi nula en estos sitios y un ejemplo de ello es el barrio Barandillas, una zona céntrica adonde hay varios templos católicos que tienen sus misas los domingos.
Es el día en que más familias acuden para participar de los servicios religiosos, algunos van a pie, otros en carro dependiendo la lejanía de las comunidades a las que pertenecen.
El fin de semana anterior varios de los feligreses observaron que les abrieron sus carros y otros estuvieron a punto de hacerlo.
Los afectados no denuncian por temor, pero las parroquias piden a la Policía, a Fusina o a quien corresponda que den más vigilancia.
El párroco de la catedral San Pedro Apóstol, José Antonio Canales, explica que en la actualidad es necesario que los templos tengan más vigilancia, sobre todo los domingos que es cuando más misas se celebran. “El domingo es un día muy especial para todas las personas que practican la fe y se debería poner énfasis a las distintas iglesias”, dijo.
El párroco explicó que la Policía debe hacer patrullajes alrededor de los templos e incluir estos lugares en el tema de ciudad segura para que se coloquen cámaras como disuasivos. “Vemos que se están instalando dispositivos y es necesario tomar en cuenta las calles donde hay templos”, detalló. Varios templos han sido asaltados, uno de ellos fue el de Santa Ana, en Chamelecón, informó en su momento el padre Luis Estévez.
Tambien el obispo Ángel Garachana denunció que ya ni las iglesias se escapan de la delincuencia y relató que en sus años de obispo de San Pedro Sula le han robado a la iglesia más de 35 carros, de los cuales solo apareció el de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe porque tenía GPS.